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VENUS

 

 

DATOS BÁSICOS

CARACTERÍSTICAS ORBITALES

ATMÓSFERA

GEOLOGÍA

OBSERVACIÓN HISTÓRICA DE VENUS

 

 

Vídeo "El planeta Venus"

Vídeo "En el espacio: Venus"

Vídeo "Planeta Venus (Astronomía)"

Vídeo "Horizonte venusiano"

Vídeo "Revelaciones desde Venus"

Vídeo "Exploración del planeta Venus. Sondas Venera (1)"

Vídeo "Exploración del planeta Venus. Sondas Venera (2)"

Vídeo "Exploración del planeta Venus. Sonda Magallanes"

 

Venus es el segundo planeta del Sistema Solar en orden de distancia desde el Sol, y el tercero en cuanto a tamaño (de menor a mayor). Recibe su nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor. Se trata de un planeta de tipo terrestre o telúrico, llamado con frecuencia el planeta hermano de la Tierra, ya que ambos son similares en cuanto a tamaño, masa y composición. La órbita de Venus es una elipse con una excentricidad de menos del 1%, prácticamente una circunferencia.

Al encontrarse Venus más cercano al Sol que la Tierra, siempre se puede encontrar, aproximadamente, en la misma dirección del Sol (su mayor elongación es de 47,8º), por lo que desde la Tierra se puede ver sólo unas cuantas horas antes del orto o después del ocaso. A pesar de ello, cuando Venus es más brillante puede ser visto durante el día, siendo uno de los tres únicos cuerpos celestes que pueden ser vistos tanto de día como de noche (los otros son la Luna y el Sol). Venus es normalmente conocido como la estrella de la mañana (Lucero del Alba) o la estrella de la tarde (Lucero Vespertino) y, cuando es visible en el cielo nocturno, es el objeto más brillante del firmamento, aparte de la Luna.

 

  

  

 

Por este motivo, Venus debió ser ya conocido desde los tiempos prehistóricos. Sus movimientos en el cielo eran conocidos por la mayoría de las antiguas civilizaciones, adquiriendo importancia en casi todas las interpretaciones astrológicas del movimiento planetario. En particular, la civilización maya elaboró un calendario religioso basado en los ciclos de Venus. El símbolo del planeta Venus es una representación estilizada del espejo de la diosa Venus: un círculo con una pequeña cruz debajo, utilizado también para denotar el sexo femenino.

Los adjetivos venusiano-a, venusino-a y venéreo-a (poéticamente) son usados para denotar las características habitualmente atribuidas a Venus-Afrodita. El adjetivo venéreo suele asociarse a las enfermedades de transmisión sexual. Es junto a la Tierra (diosa Gea de la antigüedad) el único planeta del Sistema Solar con nombre femenino, aparte de dos de los planetas enanos, Ceres y Eris.

 

Venus (luz visible y radar)

 

DATOS BÁSICOS

 

Venus en comparación con la Tierra

 

Elementos orbitales

Distancia media desde el sol

108.200.000 Km

Inclinación

3,39471°

Excentricidad

0,00677323

Período orbital sideral

224,701 días

Período orbital sinódico

583,92 días

Velocidad orbital media

35,0214 km/s

Radio orbital medio

0,72333199 UA
108.208.930 km

Satélites

0

Características físicas

Magnitud (V0)

-4,4

Masa

4,869 × 1024 kg

Densidad

5,24 g/cm³

Área de superficie

4,60 × 108 km²

Diámetro

12.103,6 km

Gravedad

8,87 m/s²

Velocidad de escape

10,36 km/s

Periodo de rotación

-243,0187 días
(movimiento retrógrado(en sentido de las agujas del reloj visto desde el polo norte))

Inclinación axial

2,64°

Albedo

0,65

Características atmosféricas

Presión

9321,9 kPa (92 atm )

Temperatura

Mínima*

228 K -45,15 °C

Media

737 K 463,85 °C

Máxima

773 K 499,85 °C

* Referente a la temperatura sobre nubes.

Composición

Dióxido de carbono

96%

Nitrógeno

3%

Dióxido de azufre

0,015%

Vapor de Agua

0,002%

Monóxido de carbono

0,0017%

Argón

0,007%

Helio

0,0012%

Neón

0,0007%

Sulfuro de carbono

Trazas

Cloruro de hidrógeno

Trazas

Fluoruro de hidrógeno

Trazas

 

CARACTERÍSTICAS ORBITALES

 

ÓRBITA

 

La parte resaltada de la órbita de Venus se encuentra por encima del plano de la Eclíptica.

La inclinación de la órbita con respecto a la Ecliptica es de 3º 23´39,3" 

La línea roja en el plano eclíptico representa la dirección del Punto Vernal.

 

Aunque todas las órbitas planetarias son elípticas, la órbita de Venus es la más parecida a una circunferencia, con una excentricidad inferior a un 1%.

El ciclo entre dos elongaciones máximas (período orbital sinódico) dura 584 días. Después de esos 584 días Venus aparece en una posición a 72º de la elongación anterior. Dado que hay 5 periodos de 72º en una circunferencia, Venus regresa al mismo punto del cielo cada 8 años (menos dos días correspondientes a los años bisiestos). Este periodo se conocía como el ciclo Sothis en el Antiguo Egipto.

 

La Excentricidad de la órbita de Venus es la más baja del Sistema Solar (e = 0,006793).

Esto hace que la misma sea muy circular. Las distancias al Sol en su Perihelio y Afelio son 107,5 y 108,9 Millones de Kilómetros, respectivamente.

La Longitud del Perihelio del planeta se encuentra a 130,9º 

(marcado con un punto en la órbita) medidos en sentido antihorario desde el Punto Vernal

 

En la conjunción inferior, Venus puede aproximarse a la Tierra más que ningún otro planeta. El 16 de diciembre de 1850 alcanzó la distancia más cercana a la Tierra desde el año 1800, con un valor de 39.514.827 kilómetros (0,26413854 UA). Desde entonces nunca ha habido una aproximación tan cercana. Una aproximación casi tan cercana será en el año 2101, cuando Venus alcanzará una distancia de 39.541.578 kilómetros (0,26431736 UA).

 

ROTACIÓN

Venus gira sobre sí mismo lentamente en un movimiento retrógrado, en el mismo sentido de las manecillas del reloj, de Este a Oeste en lugar de Oeste a Este como el resto de los planetas (excepto Urano), tardando en hacer un giro completo sobre sí mismo 243,0187 días terrestres. No se sabe el porqué de la peculiar rotación de Venus. Si el Sol pudiese verse desde la superficie de Venus aparecería subiendo desde el Oeste y posándose por el Este, con un ciclo día-noche de 116,75 días terrestres y un año venusiano de 1,92 días venusianos.

 

DÍA Y AÑO

Una característica que hace único a Venus es la relación entre su día y su año, pues el día de Venus es más largo que su año, es decir, que cuando Venus ha completado su órbita al Sol aún no ha completado su día. ¿Verdad que esto no le cuadra a tu cabeza acostumbrada durante años a que 1 día es mucho más corto que el año que tiene 365 días (y un día más cada 4 años)? Realmente ese no es el modelo universal. Realmente no existe un modelo universal para planetas que flotan en el Espacio, pues cada uno va "a su aire" obedeciendo a las fuerzas naturales de atracción y repulsión, aunque en el Espacio no hay aire. Y yendo "a su aire" mantienen maravillosas sincronicidades entre ellos en un orden dinámico libre, como el propio Venus con la Tierra.

Podemos medir el año de Venus con días terrestres, de modo que Venus da su órbita al Sol en 224'6 días terrestres cumpliendo el 0'9 de su día. 18 días más tarde completa su día, en el día 243 de la Tierra. Así que 1 segundo venusiano equivale a 243 segundos de la Tierra (4 minutos y 3 segundos)

 

 

Sin que nos demos cuenta, al mismo tiempo que nuestra Nave Tierra da una órbita al Sol, el planeta Venus da 1 órbita y 0'62 más, es decir que cubre 360 grados y 225 grados más de su órbita: 585 grados. (En la animación puedes pulsar en la imagen del Sol para detener y reanudar la animación).

El número 1'62 es un redondeo del valor del número PHI (=1'6180) llamado el Número Áureo (o Número de Oro o Divina Proporción) como un valor proporcional que define el ritmo de crecimiento (un tipo de evolución) de muchos elementos de la naturaleza, empezando por las espirales y sus formas.

¿Deseas conocer cuál es tu edad venusiana, es decir, según el Planeta Venus? Basta que multipliques tu edad terrestre por 1'62.

Esta evolución y relación PHI se sigue apreciando en el baile sincronizado de Venus y la Tierra, pues en su siguiente momento culmen después de 1 órbita de la Tierra y 1'62 de Venus, se encuentran en su punto más cercano y alineados con el Sol (al mismo lado de éste) cuando la Tierra ha realizado 1'6 órbitas (y Venus 2'6). Es el Ciclo Sinódico de Venus medido desde la Tierra.

 

CICLO SINÓDICO

Después de una órbita de la Tierra en que Venus cubrió 1 órbita y 0'6 de su siguiente, ahora la Tierra cubre el 0'6 de la siguiente suya mientras Venus da 1 órbita más hasta que se encuentran al mismo lado del Sol alineándose con él. Es el Ciclo Sinódico de Venus visto desde la Tierra. Ocurre cada 584 días (1'6 años) y es el momento y punto en que la Tierra y Venus se encuentran al mismo lado del Sol, en el punto más cercano entre ambos, como un bailarín y una bailarina que vuelven a encontrarse y besarse. Técnicamente (astronómica y astrológicamente) a eso se llama "conjunción inferior".

 

 

CICLO PENTAGONAL

Venus y la Tierra danzan en sincronía matemática y geométrica en el salón del Espacio, al son de la sutilísima vibración de la música de las esferas, pues esferas son. El milenario mito de la llamada "Música de las Esferas" es mito mientras no se comprende qué es o a qué se refiere. Es como si una persona no reconociera que los instrumentos musicales suenan y por eso concluye que la "música de los instrumentos" es mito. Sólo le basta escuchar, sentir, vibrar y comprender. Nosotros estamos en una de esas esferas: el Planeta Tierra, aunque si pensamos un poco comprenderemos que es normal que sea posible que no conozcamos la maravilla en la que estamos inmersos ni que participemos activamente en ella, como aquel espectador que está de gratis en un maravilloso concierto y él mismo es un instrumento y se queda dormido, pero no porque la música sea aburrida sino porque no sabe que está ahí.

Cada 8 años, que son 8 órbitas de la Tierra y 13 de Venus, ambos planetas se encuentran 5 veces en sus puntos más cercanos, al mismo lado del Sol, 5 puntos que son equidistantes y que forman los 5 vértices de una estrella de 5 puntas.

 

 

En la imagen siguiente podrás comprobar cómo Venus y la Tierra continúan trazando la figura pentagonal, aunque ya no desde el mismo punto que la anterior, de modo que esa estrella de 5 puntas gira también alrededor del Sol hasta dar una vuelta en 1.252 años: un Ciclo mayor compuesto por 156 subciclos Pentagonales (1.252 órbitas de la Tierra y 2.035 de Venus). Así es como los planetas crean los Ciclos Cósmicos.

 

 

Los números 5, 8 y 13 son números consecutivos de la serie Fibonacci en la que cada número dividido por su anterior tiende al valor del número Phi, el que marca la llamada "proporción divina" de ciertos elementos de la Naturaleza, por no decir muchos o todos, y entre los cuales están las propias piezas que componen el esqueleto de nuestros cuerpos: los huesos. En la vigésima división de la serie Fibonacci, entre los números 6.765 y 4.181, se obtiene un valor de phi afinado hasta el sexto decimal: 1'6180339.

Venus y su ciclo sinódico es muy bien conocido por la antigua cultura Maya. Los Maya construían sus calendarios en base a ciclos naturales observando a los astros, como Venus, cuya órbita es la más cercana. Los Maya manejan varios calendarios, uno de ellos, quizá el principal, es el llamado TZOLKIN, que es de 260 días. Nótese que los números de la serie Fibonacci 6.765 y 4.181 como días terrestres convertidos a Tzolkins son 26 y 16 Tzolkin, y en el ciclo sinódico Venus da 2'6 órbitas y la Tierra da 1'6.

Igualmente la división del año terrestre en 5 partes da a 73 días cada una. Otro de los Grandes Ciclos -pequeño en comparación con otros mayores- es el del bamboleo de la Tierra o de Precesión de los Equinoccios, de 25.920 años. Si tomamos esta cifra como número redondo, 26.000 años, y los convertimos a Tzolkin nos da a 36.500 lo cual quiere decir que ese Gran Ciclo es dividisible en 5 partes de 7.300 Tzolkin. Es decir, en términos Tzolkin, el ciclo de Precesión de la Tierra es fractal del año terrestre dividido en 5 tramos de 73 días. Con todo: 5 x 73 días ==> 5 x 7.300 Tzolkin...

TRÁNSITOS

 

Tránsito de Venus del 8 de julio de 2004

 

Un Tránsito de Venus es el paso de Venus por delante del Sol, visto desde la Tierra. Se produce cuando el Sol, Venus y la Tierra se encuentran alineados y el planeta pasa por uno de sus nodos, lo cual sólo puede ocurrir en los meses de junio y diciembre.

Durante el tránsito el observador puede apreciar un disco circular muy negro, Venus, cuyo diámetro aparente puede oscilar entre los 59" y 62" dependiendo de la distancia a la Tierra; dicho disco emplea varias horas para atravesar, muy lentamente, una trayectoria (cuerda) sobre la brillante superficie solar.

El tránsito de Venus es un suceso muy poco frecuente. Tienen lugar 4 tránsitos en un período de 243 años, con un intervalo entre uno y el siguiente de 105,5; 8; 121,5 y 8 años. Se suelen considerar los "pares" de tránsitos que se producen en un intervalo de 8 años. En la tabla que sigue se recogen todos los tránsitos desde 1500 hasta 2500:

 

Siglo XVI

Siglo XVII

Siglo XVIII

Siglo XIX

Siglo XXI

Siglo XXII

Siglo XXIII

Siglo XXIV

Siglo XXV

26 de mayo de 1518
23 de mayo de 1526

7 de diciembre de 1631
4 de diciembre de 1639

6 de junio de 1761
3 de junio de 1769

9 de diciembre de 1874
6 de diciembre de 1882

8 de junio de 2004
6 de junio de 2012

11 de diciembre de 2117
8 de diciembre de 2125

11 de junio de 2247
9 de junio de 2255

13 de diciembre de 2360
10 de diciembre de 2368

12 de junio de 2490
10 de junio de 2498

 

El patrón de 105,5; 8; 121,5 y 8 años entre tránsitos consecutivos no es el único posible en el ciclo de 243 años. Antes del año 1518, los tránsitos seguían un patrón de 8; 113,5 y 121,5 años; y antes de 546 el intervalo entre tránsitos consecutivos era de 121,5 años. El patrón actual seguirá hasta el año 2846, ya que entonces será reemplazado por un patrón de 105,5; 129,5 y 8 años.

Así, el ciclo de 243 años es relativamente estable, pero el número de tránsitos y el intervalo entre uno y el siguiente varían con el tiempo debido a las perturbaciones que los planetas jovianos (y la Tierra) producen en la órbita de Venus.

 

La órbita del Planeta en el que estamos tiene dentro de ella misma otras dos órbitas, las de Venus y Mercurio. Esto hace que la Tierra y Venus se encuentren cada cierto tiempo al mismo lado del Sol: cada 584 días que son 2'6 órbitas de Venus y 1'6 órbitas de la Tierra (1'6 años). Este periodo define lo que se llama el Ciclo Sinódico de Venus visto desde la Tierra (5 ciclos sinódicos forman un ciclo mayor, el Ciclo Pentagonal).

La órbita de Venus está inclinada 3.5 grados con respecto a la de la Tierra, con lo que a veces, desde el punto de vista de la Tierra, cuando Venus pasa entre la Tierra y el Sol, lo hace por encima del Sol y otras por debajo, y las menos veces pasa justo entre la línea formada por la Tierra y el Sol. Entonces, desde la Tierra, algunas personas con sus telescopios especiales apuntan al Sol y observan un puntito negro cruzando en trayectoria oblicua. Es Venus, y a ese fenómeno se le llama "Tránsito de Venus".

 

 

El último Tránsito de Venus tuvo lugar el pasado 8 de junio de 2.004, y el siguiente Tránsito tiene lugar el 6 de junio de 2.012. Ambos tránsitos son las marcas del inicio y final de un periodo de 8 años en el que (a fecha romana cristiana de enero de 2.009) la Tierra está inmersa. Es parte del Tiempo Universal, la 4ª dimensión en la que evoluciona dinámica y multidimensionalmente, el Tiempo no mecánico, no psicológico, no racional, sin conceptos ni valores numéricos, parte del Legado y Herencia universal espiritual olvidado por la humanidad civilizada aunque en el cual es posible integrarse libremente. En tal Tiempo también Venus anda por su ciclo orbital (año) y por su ciclo rotatorio (día) correspondiente: 7º año en su 6º día (su año es más corto que su día).

Este periodo de 8 años u órbitas (que son 13 de Venus) es el Ciclo Pentagonal con Venus, en el cual Venus y Tierra se encuentran 5 veces al mismo lado del Sol (5 ciclos sinódicos, mencionados en el primer párrafo) formando 5 puntos equidistantes en sus órbitas que son los 5 vértices de una estrella de 5 puntas.

Los tránsitos de Venus se producen siguiendo un patrón irregular. Con el año 2.009 cristiano en nuestra memoria estamos entre dos tránsitos: el de 2.004 y el de 2.012. A partir del tránsito de 2.012 el próximo ya no es 8 años después sino 121'5 años más tarde. Así pues hay un "vacío de tránsitos" durante 121'5 años. Este es el patrón que forma el Ciclo de Tránsitos de Venus:

tránsito 2004<8 años>tránsito 2.012<121'5 años>tránsito 2.117<8 años>tránsito 2.125<105'5 años>

y después este patrón irregular, el Ciclo vuelve a repetirse. De modo que son 4 tránsitos por cada Ciclo de Tránsitos. Y como se puede ver, el lapso más largo es de 121'5 años, que es la suma del resto de lapsos: 8 años + 8 años + 105'5 años. Y el total es de... 243 años terrestres (órbitas de la Tierra).

Y he aquí una maravillosa y misteriosa coincidencia numérica, pues...

El día de Venus dura 243 días terrestres

(o Venus tarda 243 días terrestres en completar su giro o día)

243 años divididos en partes de 243 días da a 365 partes de 243 días. Esta coincidencia significa que en cada Ciclo de Tránsitos de Venus, Venus da 365 giros o cumple 365 de sus días. La Tierra en sus 365 días hace 1 año o 1 órbita, así que Venus en sus 365 días es como si hiciera su Verdadero Año al modo de la Tierra (365 días), aunque un año no determinado por la órbita. De hecho, en sus 365 días venusianos Venus da 395 órbitas al Sol.

El número 395 no parece ser significativo, pero como años terrestres u órbitas de la Tierra, el número 394'2 define uno de los ciclos mayas, el BAKTUN. Y 394'2 años convertidos a días son 144.000 días, un número "sólido".

Con estos cálculos hemos descubierto dos ciclos: 243 años del Ciclo de Tránsitos de Venus y 394 años del BAKTUN. ¿Cuál es su relación? Pues 394 años / 243 años = 1'62, o dicho de un modo descriptivo:

BAKTUN / Ciclo de Tránsitos de Venus = 1'62 Ciclos de Tránsitos de Venus

de modo que en 1 BAKTUN se producen 1'62 Ciclos de Tránsitos. Esta relación entre el BAKTUN y el Ciclo de Tránsitos de Venus es la misma que se encuentra entre el año de la Tierra y el de Venus: 365 días / 225 días = 1'62. Y 1'62 es el valor del número PHI redondeado.

Como vemos, 1'62 no es un número entero de Ciclos. Para obtener un número entero hemos de sumar 1'62 a sí mismo hasta alcanzar un número cuasientero. Lo hallamos tras 13 sumas que dan 21'07 Ciclos de Tránsitos de Venus. Esas 13 sumas son los 13 BAKTUNES que forman el siguiente ciclo mayor, la Cuenta Larga.

 

¿CUÁNDO SE VIO EL PRIMERO?

Johannes Kepler (1571-1630) calculó las distintas posiciones de Venus a lo largo del tiempo y predijo que cada 130 años tendrían lugar tránsitos de Venus, los dos primeros en 1631 y 1761. El tránsito de 1631 no fue observado ya que, prácticamente en toda Europa, tuvo lugar después de la puesta del Sol.

Jeremiah Horrocks, (1617 - 1641) un clérigo inglés, que había estudiado astronomía y matemáticas en Cambridge, recalculó la trayectoria de Venus descubriendo que habría un tránsito el 4 de diciembre de 1639.

El día del tránsito fue domingo y pese a tener que compaginar las tareas propias de su trabajo como párroco en el pueblo de Hoole, Horrocks pudo observar el tránsito y fue capaz de deducir de sus observaciones un valor de 14 segundos para la paralaje solar o lo que es lo mismo, que la distancia Tierra-Sol era de 95 millones de km (William Crabtree, estudioso asimismo de los nuevos métodos introducidos por Kepler, observó también el tránsito a instancias de su amigo Horrocks).

(Valores aceptados actualmente: Paralaje Solar: 8,79" ; Distancia Tierra-Sol=149.58 millones de km)

 

LOS TRÁNSITOS DEL SIGLO XVIII

En 1716 el astrónomo inglés Edmund Halley envió a la Royal Society un método para medir la distancia Tierra-Venus y a partir de ésta, la unidad astronómica (distancia Tierra-Sol) aprovechando el tránsito de Venus que se iba a producir en 1761. Astrónomos de todo el mundo, comisionados por sus gobiernos se prepararon para la observación. Los británicos enviaron una expedición a Santa Helena y otra a Sumatra. Los franceses organizaron cuatro: Siberia, Viena, Isla Rodríguez y Pondicherry en la India. Esta última volvió sin conseguir su objetivo debido a la guerra existente entre ingleses y franceses. En total, el tránsito fue observado desde unos 70 lugares distribuidos alrededor del globo terrestre, constituyendo la primera gran empresa científica internacional.

Los resultados obtenidos no estuvieron acordes con las expectativas. El mal tiempo en muchos de los lugares de observación, la dificultad de determinar con precisión la localización geográfica del lugar en que la observación se realizaba y el efecto de la gota negra (poco antes y poco después del contacto visual entre Venus y el Sol aparece un punto negro de unión entre ambos) dificultaron la aplicación del método de Halley.

En la observación del tránsito del 3 de junio 1769 hubo 150 observadores oficiales y otros muchos aficionados. Entre los observadores se encontraba el célebre capitán James Cook que realizaba el primero de sus viajes: pudo observarlo cómodamente desde dos observatorios ubicados en la bahía Venus, en la isla de Tahití. Una de las observaciones con mejores resultados fue la realizada en la península de Baja California por el francés Jean-Baptiste Chappe D' Auteroche al que acompañaban los españoles Vicente de Doz y Salvador Medina y el mexicano Joaquín Velázquez Cárdenas de León.

En 1835 el director del observatorio de Berlín Johann Franz Encke obtuvo a partir de los datos obtenidos en los tránsitos de 1761 y 1769 un valor de la paralaje solar de 8,57 segundos de arco que correspondía una distancia Tierra-Sol de 153.500.000 km

 

LOS TRÁNSITOS DEL SIGLO XIX

 

Tránsito de Venus de 1882

 

Los tránsitos de 1874 y 1882 fueron también seguidos por cientos de observadores enviados por las academias científicas de multitud de países. Así por ejemplo Francia envió, entre otros, observadores a Nueva Caledonia, Pekín, Japón (el espectroscopista Jansen), Indochina y Nueva Zelanda. El Boletín de la Sociedad Astronómica de Londres recoge que se obtuvieron 3440 pruebas fotográficas de los distintos aspectos que ofreció el fenómeno. En 1874 hubo una expedición a Japón, presidiendo la Comisión Mexicana encargada de observar el tránsito del planeta Venus por el disco del sol, el 8 de diciembre de ese año.

En el tránsito de 1882 participa España por primera vez de forma oficial, habilitando el gobierno un presupuesto de 20.000 pesetas para la adquisición de instrumentos, gastos de embalaje, etc. Se enviaron dos grupos de observadores, uno a Cuba y el otro a Puerto Rico. Para las observaciones en la estación de Puerto Rico se disponía de:

  • Un anteojo ecuatorial con objetivo de 6 pulgadas inglesas de abertura libre, con movimiento de relojería, ocular solar diagonal, micrómetro, etc. construido por Cooke.
  • Otro anteojo ecuatorial de 4 pulgadas inglesas de abertura libre, construido por Secretan.
  • Un anteojo Fronghton con objetivo de 3½ pulgadas inglesas, montaje ecuatorial, construido por Cooke y ocular solar diagonal.
  • Un instrumento de pasos de Repsold para la determinación del tiempo y la latitud.
  • Un péndulo sidéreo.
  • Cuatro cronómetros.
  • Un cronógrafo construido por Hipp.
  • Una mesa telegráfica para fijar la longitud de los puntos de estación con referencia a un meridiano determinado.
  • Un sextante de Fronghton, con pie y horizonte.
  • Un teodolito de Brunner para alguna pequeña triangulación que sea necesario hacer.
  • Un barómetro.
  • Un psicrómetro.
  • Un anemómetro, sistema Robinson.

 

FASES

 

Posiciones de Venus al girar alrededor del Sol, y zona que este astro ilumina.

 

Fases de Venus vistas desde la Tierra, correspondientes a las posiciones de la figura anterior.

 

Además de la rotación retrógrada, los periodos orbital y de rotación de Venus están sincronizados de manera que siempre presenta la misma cara del planeta a la Tierra cuando ambos cuerpos están a menor distancia. Esto podría ser una simple coincidencia pero existen especulaciones sobre un posible origen de esta sincronización como resultado de efectos de marea afectando a la rotación de Venus cuando ambos cuerpos están lo suficientemente cerca.

 

 

ATMÓSFERA

 

 

La atmósfera de Venus es increíblemente densa e imposibilita cualquier observación directa de la superficie del planeta; imponentes conglomerados nubosos, visibles en el ultravioleta, atraviesan los cielos venusianos a alta velocidad dando una vuelta completa al planeta en sentido longitudinal en apenas 4 días. En la alta atmósfera las masas de gas ascendente alcanzan fácilmente los 350 km/h, mientras que en la proximidad de la superficie los vientos no alcanzan más de 4,5 km/h en gran parte debido a la mayor presión.

La atmósfera venusiana es atravesada por ocasionales fenómenos eléctricos de energía notable.

 

 

La presencia de una atmósfera densa y de vientos particularmente fuertes hace que la temperatura sobre la superficie sea de aproximadamente 710-740 K en todo punto del planeta, también en el hemisferio nocturno. Tales valores de temperatura son absolutamente mayores que los registrados en Mercurio, que está a la mitad de la distancia de Venus del Sol. La presión atmosférica en la superficie alcanza el valor de 90 atmósferas (hPa 90 000), haciendo la exploración del planeta a nivel del suelo con pruebas automáticas extremadamente difícil. Las sondas Venera, que fueron las primeras en aterrizar con éxito en la superficie del venusiana, fueron diseñadas como batiscafos y no obstante apenas sobrevivieron un par de horas a las condiciones atmosféricas.

 

Composición atmosférica

Dióxido de carbono

96,5%

Nitrógeno

3,5%

Dióxido de azufre

0,015% (150 ppm)

Argón

0,007% (70 ppm)

Vapor de agua

0,002% (20 ppm)

Monóxido de carbono

0,0017% (17 ppm)

Helio

0,0012% (12 ppm)

Neón

0,0007% (7 ppm)

Oxígeno

¿? Ppm

 

 

 

 

 

 

 

 

ESTRATIGRAFÍA ATMOSFÉRICA

 

 

Las sondas que han aterrizado sobre el planeta han identificado la presencia de tres distintos estratos de nubes: un estrato superior, compuesto de pequeñas formaciones circulares de ácido sulfúrico, a una cota de 60-70 km; un estrato intermedio, constituido de formaciones más grandes y menos numerosas, localizado a 52-59 km de altitud; y finalmente un estrato inferior más denso y constituido por las formaciones más grandes, que desciende hasta los 48 km de cota. Por debajo de tal nivel la temperatura es tan elevada como para vaporizar las formaciones, generando una niebla o bruma que se extiende hasta los 31 km de altitud. La parte más baja de la atmósfera se encuentra relativamente limpia y carente de formaciones nubosas.

 

 

FORMACIÓN DE LAS NUBES

 

Imagen artística del doble vórtice del polo sur de Venus

 

A diferencia de las nubes terrestres, que se originan por el enfriamiento de aire ascendente y de la consiguiente condensación de vapor de agua, las nubes venusianas son el producto de reacciones químicas que combinan el dióxido de azufre y el vapor de agua, merced a la acción de la luz solar (en la alta atmósfera) o del calor (cerca de la superficie).

 

CIRCULACIÓN DEL VIENTO

 

 

El viento en Venus varía según la altitud, en un grado mucho mayor que en la Tierra. Cerca de la superficie es muy suave e inferior en velocidad al que a la misma altitud puede alcanzar en la Tierra, alcanzando generalmente menos de 2 m/s y con un promedio de 0,3 a 1 m/s debido a la alta densidad atmosférica a escasa altura de la superficie, siendo no obstante esta mínima velocidad suficiente para realizar transportes de polvo y pequeñas piedras. En el nivel de las nubes, sin embargo, la velocidad del viento se incrementa súbitamente, alcanzando los 95 m/s. Esas corrientes de viento de alta velocidad pueden dar la vuelta al planeta en aproximadamente cuatro días, en un fenómeno conocido como "super-rotación".

 

MAGNETOSFERA

 

Interacción de Venus con el viento solar.

 

Venus carece de campo magnético significativo. La razón de esta ausencia no es conocida, pero está probablemente relacionada con la rotación del planeta o la falta de convección en el manto. Venus tiene solamente una magnetosfera inducida formada por el campo magnético solar transportado en el viento solar.

Este proceso consiste en el hecho de que el campo magnético tropieza con un obstáculo, en este caso Venus. La magnetosfera de Venus tiene al menos una onda de choque y una magnetopausa.

El punto subsolar de la onda de choque se encuentra a 1900 km (0.3 Rv, donde Rv es el radio de Venus) por encima de la superficie de Venus. Esta distancia ha sido medida en 2007 en un momento de actividad solar mínima. En momentos de máxima actividad solar esta distancia puede ser mayor. La magnetopausa se encuentra a una altitud de 300 km. El límite superior de la ionosfera (ionopausa) está aproximadamente a 250 km de altitud. Entre la magnetopausa y la ionopausa existe una barrera magnética que impide al plasma solar penetrar en profundidad en la atmósfera del planeta, al menos durante los períodos de actividad solar baja. El campo magnético en la barrera alcanza los 40 nT. Esta zona alcanza un diámetro superior a diez radios del planeta. Es la parte más activa de la magnetosfera venusiana. La energía de los electrones y los iones en esta región es cercana a los 100 ev y 1000 ev respectivamente.

 

El impacto del viento solar con sus protones cargados positivamente, directamente sobre la atmósfera de Venus.

 

Debido a la falta de un campo magnético en Venus, el viento solar penetra a bastante profundidad en la exosfera del planeta y causa una sustancial pérdida de elementos de la atmósfera. Actualmente los iones que principalmente tienden a ser perdidos son O+, H+ y He+. La proporción de hidrógeno con respecto a la pérdida de oxígeno es cercana a 2, indicando una pérdida continuada de agua.

 

GEOLOGÍA

 

Mapa de Venus realizado por la sonda Pioneer Venus

 

La geología de Venus ofrece características superficiales impresionantes que contrastan tanto por su belleza como su rareza. La mayor parte de lo que sabemos actualmente sobre su superficie proviene de observaciones de radar, principalmente a través de las imágenes enviadas por la sonda Magallanes (Magellan) desde el 16 de agosto de 1990 hasta finalizar su cobertura fotográfica en el tercer ciclo de mapeo el día 14 de septiembre de 1992 cuando la nave tuvo algunas anomalías. En total se mapeó el 98% de la superficie venusiana, de los cuales el 22% corresponde a imágenes estéreo.

La superficie de Venus, cubierta por una densa atmósfera, presenta clara evidencia de una actividad volcánica muy activa en el pasado: volcanes en escudo y volcanes compuestos como los que se encuentran en la Tierra.

Sin embargo, a diferencia de la Luna, Marte o Mercurio que han sufrido un intenso período de craterización, Venus tiene una baja densidad de cráteres pequeños pero sí presenta algunos de tamaño mediano a grande, esto se explica por la densa atmósfera del planeta que ha venido desintegrando a los meteoritos de menor envergadura.

 

La compleja superficie de Venus

 

Otras de las características extraordinarias del planeta que por su apariencia se llaman coronae (latín para coronas) y otras figuras conocidas como aracnoides por su semejanza a los arácnidos. También se encuentran largos ríos de lava, evidencia de erosión eólica y un tectonismo importante que en su conjunto hacen de la superficie de Venus una de las más complejas.

 

Corona Aine

 

Pese a que Venus es el planeta más cercano a la Tierra (unos 40 millones de kilómetros en conjunción inferior) y tiene una gran similitud con la Tierra, toda semejanza es externa: ninguna sonda ha podido sobrevivir más de unas horas sobre su superficie debido a que la presión atmosférica es unas 90 veces la de la Tierra, además, la temperatura ronda los 450°C, la cual, es en gran medida, ocasionada por el efecto invernadero provisto por una atmósfera constituida principalmente de dióxido de carbono (96,5%).

 

Efecto invernadero en Venus.

 

Las observaciones de sondas espaciales y las realizadas desde la Tierra con telescopios muestran que el patrón en forma de Y que generan las nubes se debe a que las capas superiores se desplazan alrededor del planeta una vez cada 4 días, lo que sugiere la presencia de vientos de hasta 500 km/h por lo que se cree que es un importante factor en la modificación del terreno.

 

ESTRUCTURA INTERNA

 

 

Sin información sísmica o detalles del momento de inercia, existen pocos datos directos sobre la geoquímica y la estructura interna de Venus. Sin embargo, la similitud en tamaño y densidad entre Venus y la Tierra sugiere que ambos comparten una estructura interna afín: un núcleo, un manto, y una corteza planetaria. Al igual que la Tierra, se especula que el núcleo de Venus es al menos parcialmente líquido. El menor tamaño de Venus indica que las presiones en su interior son considerablemente menores que en la Tierra. La diferencia principal entre los dos planetas es la carencia de placas tectónicas en Venus, probablemente debido a la sequedad del manto y la superficie. Como consecuencia, la pérdida de calor en el planeta es escasa, evitando su enfriamiento y proporcionando una explicación viable sobre la carencia de un campo magnético interno.

 

CARACTERÍSTICAS DE LA SUPERFICIE

 

 

Con la invención del telescopio Venus se convirtió en el objeto de observaciones ópticas más interesante. En el pasado muchos astrónomos han asegurado ver marcas oscuras en la capa de nubes que lo envuelve, otros han dicho que incluso pudieron ver parte de la superficie en huecos de nubes. Otras de estas aseveraciones es que muchos astrónomos aseguraban haber visto puntos brillantes en lugares determinados del disco del planeta sugiriendo que se trataba de una enorme montaña cuya cima sobrepasaba las nubes más altas. Tal es el caso de J. H. Schroeter, un respetado observador y colaborador de William Herschel, que informó los avistamientos entre 1788 y 1790. La descripción de su informe decía que se trataba de una prominente montaña ubicada en el terminador que separa al hemisferio iluminado del oscuro. A pesar de la controversia esta observación ha sido muy citada en el tiempo.

 

 

La realidad es otra: la superficie de Venus es bastante plana. El 93% de la topografía mapeada por las sondas Pioneer Venus encontraron que el total de la superficie (desde los puntos más bajos a los más altos) se espaciaban en unos 13 km, mientras que en la Tierra la diferencia entre las cuencas oceánicas y el Himalaya es una franja de 20 km.

De acuerdo a los datos de altimetría de las Pioneer Venus, cerca del 51% de la superficie se encuentra ubicada dentro de los 500 metros del radio medio de 6.051,9 km; sólo el 2% de la superficie está ubicada a elevaciones mayores a los 2 km sobre el radio medio.

 

 

El experimento de altimetría de la sonda Magallanes confirmó la chatura general del paisaje. En los datos de la sonda, el 80% de la topografía reside en un margen de 1 km del radio medio. Las elevaciones más importantes están en las cadenas montañosas que rodean Lakshmi Planum, como: Maxwell Montes (11 km), Akna Montes (7 km) y Freyja Montes (7 km). A pesar del paisaje relativamente plano de Venus, los datos de altimetría también hallaron grandes planos inclinados, tal es el caso del flanco sudoeste del Maxwell Montes que en algunas partes parece estar inclinado unos 45°. Otras inclinaciones de 30° fueron registradas en Danu Montes y la región al este de Thetis Regio.

 

DIVISIONES DE VENUS

 

 

En base a los datos de altimetría de las sondas Pioneer Venus, la topografía del planeta está dividida en tres provincias topográficas: tierras bajas, planicies de deposición y tierras altas.

 

Diagrama de la regiones de Venus

 

Los datos de Magellan apoyan estas divisiones. Las provincias más importantes de las tierras altas son Aphrodite Terra, Ishtar Terra, Lada Terra, además de las regiones de Beta, Phoebe y Themis. Las regiones Alpha, Bell, Eistla y Telhus forman un conjunto de tierras altas de menor importancia.

 

 

CRÁTERES DE IMPACTO

 

Cráter Adams

 

Con el estudio de radares ubicados en la Tierra fue posible identificar algunos patrones topográficos relacionados a cráteres y en los años siguientes con las sondas Venera 15 y 16 se identificaron casi 150 de probable origen de impacto. Con Magellan, gracias a una cobertura global se identificaron cerca de 900 cráteres de impacto. Esta cifra es muy baja considerando la superficie del planeta. La diferencia en este sentido respecto a Mercurio, la Luna y Marte (además de varias lunas de los planetas exteriores) que tienen una superficie muy castigada por un intenso proceso de craterización, es que Venus posee una densa atmósfera y un proceso tectónico (en el pasado) que ha ayudado a filtrar los meteoritos eliminando a los más pequeños.

 

Cráteres Danilova, Aglaonice y Saskja

 

Cráter Danilova en relieve

 

Los datos de las Veneras y Magellan coinciden: hay muy pocos cráteres de diámetro inferior a los 30 km, y los datos de Magellan revelaron la ausencia de cráteres menores a los 2 km de diámetro. Los cráteres de Venus presentan peculiaridades únicas: en primer lugar, los de Venus parecen ser relativamente nuevos y no parecen haber sufrido el deterioro que se produce por la meteorización. Los cráteres de impacto presentan grandes coladas de lava de color claro al radar (de alta reflexión) lo que demuestra que son jóvenes.

El análisis de las imágenes de los cráteres de impacto, su superposición, distribución y densidad en la superficie –entre otras características– son muy importantes para conocer la historia geológica del planeta.

 

VOLCANES

 

Imagen de domos en relieve

 

La transferencia de material caliente desde el interior de un planeta a su exterior constituye el principal proceso para la pérdida de calor. El calor interno proviene de cuatro procesos:

  • Calor proveniente de la acreción original del planeta o luna,
  • Calor producido por la desintegración de elementos radioactivos en el interior del planeta,
  • Calor que resulta del movimiento interno del planeta,
  • Calor que se produce por las interacciones de marea de masas adyacentes.

 

Monte Gula

 

En la Tierra, existe una combinación de factores que dan origen a la pérdida de calor, en el caso de algunos cuerpos como la luna de Júpiter, Ío la fuerza gravitacional de Júpiter y Europa producen enormes movimientos de marea que dan lugar a los volcanes más activos del Sistema Solar.

A pesar de que Venus tiene una gran semejanza a la Tierra, parece ser que los procesos de tectónica de placas que son muy activos en la Tierra no existen en Venus, sin embargo se cree que el 80% de los accidentes geográficos de su superficie están relacionados a un tipo de proceso volcánico.

Las diferencias se encuentran en los depósitos volcánicos. En muchos casos el vulcanismo está localizado en una fuente determinada y los depósitos se organizan a los alrededores de esta fuente. Este tipo de vulcanismo recibe el nombre de “vulcanismo centralizado” en los que se forman volcanes además de otras formas geográficas extrañas.

El segundo tipo de vulcanismo no es radial o centralizado sino que abarca áreas muy extensas del planeta con coladas de lavas. Estas erupciones son catalogadas como de “tipo fluido”.

Se comprobó que la presencia de volcanes menores de 20 km en diámetro son muy abundantes sobre Venus y pueden llegar a un número de cientos de miles y hasta millones. Su apariencia es la de domos, pero en realidad tienen una semejanza a los volcanes en escudo. Estos volcanes tienen entre 1 y 15 km de diámetro y menos de 1 km de altura. Es frecuente encontrar grupos de cientos de estos volcanes en áreas que se llaman campos de escudo.

 

Maat Mons

 

En la Tierra, los volcanes son principalmente de dos tipos: volcanes en escudo y conos compuestos o estrato-volcanes. Los volcanes en escudos como los hawaianos reciben magma de las profundidades de la Tierra en unas zonas llamadas hot spots (puntos calientes). El tipo de lava de estos volcanes es relativamente fluida y permite el escape de gases. Los volcanes compuestos, como el Monte Saint Helens y el Monte Pinatubo están asociados a las placas tectónicas. En este tipo de volcanes, el agua de la corteza oceánica baja junto a la placa que se desliza en la zona de subducción debajo de la corteza terrestre y de esta manera facilita un mejor derretimiento de la misma produciendo una lava más viscosa que dificulta la salida de los gases, por este motivo, los volcanes compuestos tienen erupciones violentas.

En Venus, la morfología (con grandes y delgadas coladas de lava), aparente ausencia de tectónica de placas y agua hacen que los volcanes se parezcan a los de Hawai. Sin embargo, el tamaño de los volcanes de Venus es distinto: en la Tierra los volcanes en escudo pueden tener decenas de kilómetros de ancho y sólo hasta 8 km de altura (Mauna Loa, si se considera su base ubicada en el lecho marino), en Venus, la amplitud de estos volcanes llega a cubrir cientos de kilómetros pero son bastante chatos, con una altura promedio de 1,5 km. El volcán más alto del Venus es el Maat Mons, que mide 8 km por encima del radio principal del planeta y se encuentra en las coordenadas 0.9° Norte 194.5°Este.

 

Domos panqueques en Alpha Regio

 

Los domos de Venus son entre 10 y 100 veces más amplios que los terrestres y en el radar exhiben fracturas que indican que han sido formadas por la tensión creada por el ascenso de lava viscosa en el interior de la corteza o por el hundimiento de la cámara magmática. Estos domos masivos reciben el nombre informal de “domos panqueques” y por lo general están asociados con coronae y tesserae. Su presencia es una fuerte evidencia de la existencia de lavas de composición química evolucionada.

Otras características únicas son la existencia de novas ("novae") y aracnoides.

 

Aracnoide ubicado a 40,0°, 18,0°

 

La formación de las novas se da cuando grandes cantidades de magma llegan hasta la superficie sin erupcionar formando diques extrusivos que son brillantes a las imágenes de radar. Estos diques se organizan en lineamientos simétricos que denotan el área de levantamiento, aunque también se puede producir una depresión causada por la subsidencia del material magmático. Si tales lineamientos, sean éstos grabens o crestas, se irradian desde un punto central reciben el nombre de novas (nombre usado para enfatizar la semejanza a la figura de una estrella que ha explotado). Se han identificado cerca de 50 de estas estructuras.

Cuando los lineamientos de grabens, fisuras, y crestas se extienden varios radios desde la circunferencia de un punto central reciben el nombre de aracnoides, indicativo de su apariencia. Se identificaron cerca de 250 aracnoides.

 

Formación de coronas sobre Venus

 

TECTONISMO

 

Área deformada por la extensión y compresión del terreno en Guinevere Planitia

 

Venus no presenta indicios de tectónica de placas, sin embargo, su superficie sí presenta varios patrones geográficos asociados con procesos tectónicos que a través del movimiento fluido del interior del planeta han generado terrenos con fallas, plegamientos, volcanes, grandes montañas, valles rift y la compresión y extensión de la superficie.

El activo tectonismo de Venus ha generado cinturones montañosos plegados, valles rift y terrenos de estructuras complicadas llamados tesserae (en griego tessera significa baldosa), los cuales presentan múltiples episodios de compresión y deformación tensional.

A diferencia del caso terrestre, la deformación sobre Venus se cree que está relacionada directamente con las fuerzas dinámicas dentro del manto fluido del planeta. Los estudios gravitacionales sugieren que Venus carece de astenosfera –una zona de baja viscosidad que en la Tierra facilita el movimiento de las placas tectónicos del manto. La ausencia de esta capa sugiere que la deformación de la superficie de Venus puede ser interpretada en términos de movimientos convectivos en el interior del planeta.

 

Imagen radar de Venus

 

La deformación tectónica sobre Venus se evidencia en una variedad de escalas, las más pequeñas que han sido identificadas están relacionadas con fracturas lineales o fallas. En muchas zonas estas fallas están presentan un alineamiento paralelo en forma de red. También se encuentran pequeñas crestas montañosas discontinuas parecidas a las encontradas en la Luna y Marte. La presencia de tectónica extensiva manifiesta la existencia de fallas normales (donde la roca sobre el plano de la falla se hunde respecto a la roca sobre la misma) y fracturas superficiales. Las imágenes de radar muestran que este tipo de deformación por lo general está concentrada en cinturones ubicados en zonas ecuatoriales y de altas latitudes en el sur del planeta. Estas zonas abarcan cientos de kilómetros de ancho y parecen estar enlazadas por todo el planeta formando una estructura global asociada con la aparición de volcanes.

Los rifts venusianos, formados por la extensión de la litosfera son depresiones de decenas a cientos de metros de ancho y con extensiones de hasta 1.000 km como algunos de la Tierra. Los rifts en Venus por lo general van asociados con grandes elevaciones volcánicas con forma de domos como en Beta Regio, Atla Regio y la parte occidental de Eistla Regio. Estas tierras altas parecen ser el resultado de enormes plumas (corrientes de elevación) del manto que han causado la elevación, fracturas, creación de fallas y vulcanismo.

 

Valle Rift

 

La cadena montañosa más alta de Venus, Maxwell Montes en Ishtar Terra, fue formada por un proceso de compresión, extensión y movimientos laterales. Otro tipo de accidente geográfico encontrado en las tierras bajas, consiste en cinturones lineales ubicados a distancias muy próximas que se elevan a varios kilómetros sobre la superficie con amplitudes de cientos de kilómetros y longitudes de miles de kilómetros. Existen dos concentraciones importantes de estos cinturones: uno se ubica en Lavinia Planitia en altas latitudes del hemisferio sur, y el segundo se encuentra adyacente a Atalanta Planitia en las altas latitudes del hemisferio norte.

Los tesserae, que son terrenos de complejas crestas, se encuentran fundamentalmente en Aphrodite Terra, Alpha Regio, Tellus Regio y la parte oriental de Ishtar Terra (Fortuna). Estas regiones contienen la superposición y cortes de grabens de diferentes unidades geológicas lo que significa que son las partes más antiguas del planeta.

Algunos científicos creen que los tesserae pueden ser análogos a los continentes terrestres. Otros suponen que son regiones producidas por un manto en movimiento descendiente que provocó las fracturas y plegamientos para formar una espesa corteza basáltica o sitios de antiguas plumas del manto que crearon grandes volúmenes de lava sobre la superficie de Venus.

 

CAMPO MAGNÉTICO

 

Sección del interior de Venus

 

Para que un planeta posea un campo magnético es necesario que esté formado por un núcleo de ferroso líquido como resultado de los movimientos de rotación que producen su derretimiento.

A pesar de que Venus posee un núcleo de hierro, el planeta no registra la presencia de un campo magnético. Una de las razones puede ser el peculiar movimiento de rotación. Una rotación tan lenta (unos 243 días terrestres) es probablemente la razón de su ausencia, de otro modo no cabría explicación.

 

CORRIENTES DE LAVA Y CANALES

 

Colada de lava en Venus de 2 Km de anchura

 

A diferencia de las coladas de lava terrestres, en Venus éstas se producen a una escala superior. Los flujos de lava venusianos alcanzan con frecuencia longitudes de cientos de kilómetros y incluso más de 1.000 en su longitud total. La amplitud de estos flujos puede alcanzar de unos pocos hasta algunas decenas kilómetros.

Todavía no se sabe por qué las coladas de lava en Venus son tan grandes. Las elevadas temperaturas de 475°C que reinan en Venus disminuyen la velocidad de enfriamiento de las lavas, pero no lo suficiente para presentar semejante diferencia en longitud con respecto a las coladas terrestres.

Las coladas de lava en Venus parecen ser en su mayoría de composición basáltica, por lo tanto, relativamente más fluidas. Dentro de las lavas basálticas, en la Tierra se conocen de dos tipos: lava aa y lava cordada. La lava aa presenta una textura rugosa en forma de pequeños bloques fragmentados. La lava cordada, como su nombre lo indica, se presenta como una capa de cuerdas o de estilo almohadillado.

La rugosidad del terreno se representa en el brillo de las imágenes de radar (las superficies más suaves son más oscuras) y sirven para determinar las diferencias de las lavas aa y las cordadas. Estas variaciones también pueden reflejar las diferencias en edad y el estado de preservación. Los canales y los tubos de lava (canales que se han enfriado y se ha creado un techo encima) son muy comunes en Venus.

 

Canales de lava

 

La mayor parte de los campos de flujos están asociados a volcanes. Los volcanes centrales están rodeados por extensas coladas que forman el edificio del volcán. Por otra parte, también se relacionan a cráteres de fisura, coronas, densos cúmulos de domos volcánicos, conos, pozos y canales.

Gracias a Magellan se identificaron más de 200 canales y complejos de valles. Los canales fueron clasificados como canales simples, canales complejos o canales compuestos.

Los canales simples se caracterizan por estar formados por un largo y único canal principal. La categoría incluye a los rilles similares a los observados en la Luna, y un nuevo tipo llamado canali, que corresponden a canales individuales muy largos que mantienen su amplitud a lo largo de su longitud. El canali más largo que ha sido identificado tiene una longitud de más de 7.000 km.

Los canales complejos incluyen redes anastomosadas además de redes de distribución. Este tipo de canales ha sido observado en asociación con varios cráteres de impacto y en importantes inundaciones de lava asociadas a campos de flujo muy importantes.

Los canales compuestos están constituidos por segmentos simples y complejos. El mayor de estos canales presenta una red anastomosada y colinas modificadas como las presentes en Marte.

 

 

A pesar de los innumerables cráteres encontrados en su superficie, no se han encontrado indicios de que el agua fuera el origen de éstos. De hecho no hay evidencia de que el agua fuera estable en los últimos 600 millones de años en la atmósfera y superficie de Venus que tiene entre 200 y 600 millones de años.

Con respecto a la formación de los espectaculares canales, hay dos candidatos: lava y los fluidos de las deyecciones de impacto. Las características de estas corrientes de lava son muy inusuales, tal vez la caliente superficie de Venus ayude a la erosión térmica. Por otra parte, es probable que existan fluidos de lava con muy baja viscosidad como basaltos con un alto contenido de hierro y magnesio o incluso lavas de sulfuro o carbonato. La interacción de las deyecciones de impacto han creado grandes fluidos que se extienden por cientos de kilómetros y tienen morfologías típicas de canales.

PROCESOS SUPERFICIALES

 

Cráter Adivar y los depósitos del material deyectado

 

En Venus no existe el agua y por lo tanto el único proceso erosivo de esperarse es la interacción producida por la atmósfera con la superficie. Esta interacción se hace presente en las deyecciones de los cráteres de impacto, los cuales han sido expulsados a lo largo de la superficie. Los materiales excavados durante el impacto de un meteorito son levantados hasta la parte superior de la atmósfera donde los vientos los transportan en dirección oeste y a medida que la deyección se deposita en la superficie va formando patrones parabólicos. Este tipo de depósitos puede establecerse encima de varias unidades geológicas o coladas de lavas y por lo tanto son las estructuras más jóvenes del planeta. Las imágenes de Magellan revelan la existencia de más de 60 de estos depósitos parabólicos asociados con cráteres de impacto.

El material de las deyecciones transportados por el viento es el responsable del proceso de renovación de la superficie con velocidades, de acuerdo a mediciones de las sondas Venera, de aproximadamente 1 metro por segundo. Dada la densidad de la atmósfera inferior de Venus, los vientos son más que suficientes para provocar la erosión de la superficie y el transporte de material de grano fino. En las regiones cubiertas por depósitos de deyecciones se pueden encontrar líneas de viento, dunas y yardangs. Las líneas de vientos se forman cuando este sopla las partículas de las deyecciones y las cenizas de los volcanes depositados sobre obstáculos topográficos como los domos. Como consecuencia, el sotavento de los domos está expuesto al impacto de pequeños granos que remueven la capa superficial exponiendo el material inferior con diferentes características de rugosidad (con diferentes características en el radar) si se las compara con el sedimento formado.

 

 

Domos volcánicos en Venus

 

Las dunas se forman por la deposición de partículas del tamaño de granos de arena y tienen formas onduladas. Los yardangs se forman cuando el material transportado por el viento esculpe los frágiles depósitos y produce profundos surcos.

Los patrones lineales del viento asociados con cráteres de impacto siguen una trayectoria en dirección hacia el ecuador. Esta tendencia sugiere la presencia de un sistema de circulación de células Hadley dentro las latitudes medias y ecuatoriales. Los datos de radar de Magellan confirman la existencia de fuertes vientos que soplan hacia el este en la parte superior de la superficie de Venus y vientos meridionales en la superficie.

 

Sistema de circulación atmosférica en Venus

 

El proceso de meteorización en Venus ha actuado por los últimos cientos de millones de años. Se puede observar la superposición de coladas de lava. Las más antiguas cubiertas por las más recientes presentan distintas intensidades de reflexión al radar. Las más antiguas reflejan menos que las planicies que las rodean. Los datos de Magellan muestran que las coladas más recientes tienen una semejanza a las de tipo de lava aa y las cordadas. Sin embargo, las coladas más antiguas son más oscuras y se parecen a los depósitos de regiones áridas de la Tierra que han sufrido los efectos de la meteorización.

La causa de la erosión química y mecánica de las antiguas coladas de lava es atribuida a reacciones de la superficie con la atmósfera bajo la presencia de dióxido de carbono y dióxido de sulfuro. Estos dos gases son el primero y el tercero más abundantes respectivamente; el segundo más abundante es el nitrógeno inerte. Probablemente las reacciones incluyen el deterioro de los silicatos a través del dióxido de carbono para producir carbonatos y cuarzo y por el dióxido de sulfuro que produce anhidrita (sulfato de calcio) y dióxido carbono.

Una de las características más interesantes de las imágenes de radar es la disminución de la reflexión a medida que la altura aumenta y exhibe valores extremadamente bajos por encima del radio de cerca de 6.054 km. Este cambio se relaciona con una disminución en la emisitividad. Este patrón de reflexión debe estar relacionado a la disminución de la temperatura a medida que la altitud aumenta.

Existen varias hipótesis que explican las características inusuales de la superficie de Venus. Una idea es que la superficie consiste en suelo suelto con huecos de vacío en forma esférica que producen una eficiente reflexión al radar. Otra idea es que la superficie no es suave y que está cubierta por un material que tiene una constante dieléctrica extremadamente alta. Otra teoría dice que la capa de un metro sobre la superficie está formada por hojuelas de un material conductivo como la pirita.

Por último, un modelo reciente supone la existencia de una pequeña proporción de un mineral ferroeléctrico.

Los minerales ferroeléctricos exhiben una propiedad única a elevadas temperaturas, la constante dieléctrica muestra un abrupto incremento y a medida que la temperatura sigue aumentando, la constante dieléctrica vuelve a sus valores normales. Los minerales que podrían explicar este comportamiento sobre la superficie de Venus serían perovskita y los pirocloros.

A pesar de estas teorías, la existencia de minerales ferroeléctricos sobre Venus no ha sido confirmada. Sólo la exploración in situ permitirá dilucidar los enigmas que han quedado sin resolver.

 

OBSERVACIÓN HISTÓRICA DE VENUS

 

 

La observación de Venus se remonta a los principios del interés en las culturas humanas por la bóveda celeste. Venus es el astro más característico en los cielos de la mañana y de la tarde de la Tierra (después del Sol y la Luna), y es conocido por el hombre desde la prehistoria.

 

OBSERVACIONES EN LA EDAD ANTIGUA

 

ÁFRICA

 

Al igual que en el caso de los griegos y romanos, también para los antiguos egipcios el planeta Venus eran dos entidades diferentes: el astro matutino era denominado ‘estrella de Bennu-Osiris’ durante las dinastías XIX y XX o Pencherduau (‘la casa del dios de la mañana’) durante el periodo grecorromano, y el astro vespertino era llamado Sebatuaty.

Venus era una manifestación del Ba (espíritu) de Ra (dios solar), era su guía, simbolizado por Bennu (el Ave Fénix), y representado como una garza real, según la cosmogonía de Heliópolis.

Una de las primeras representaciones de Venus en esta cultura se encuentra en el techo astronómico de la tumba de Senemut, datada hacia el año 1473 a. C., donde aparece con el jeroglífico de la garza real, denominada ‘la estrella que cruza’.

Posteriormente se identificaría con el Ba de Shu. En el Imperio Medio de Egipto, Bennu también simbolizaba el Ba de Osiris, surgido en el momento de su resurrección.

Dentro de la cosmogonía tradicional de la cultura Masai (actuales Kenia y parte de Tanzania) el planeta Venus se identifica con el personaje mitológico Kileken.

A fecha de hoy, se desconoce el papel que pudo tener Venus en el marco de otras culturas y civilizaciones antiguas y medievales africanas, como la Cultura Nok, el Gran Zimbabwe (Imperio Monomotapa) y otras.

 

AMÉRICA

 

Datos sobre Venus en el códice maya de Dresde.

 

La observación del planeta Venus tuvo gran importancia religiosa y social para las diferentes culturas y sociedades de la Centroamérica precolombina.

Así, el dios de origen tolteca/olmeca Quetzalcóatl está identificado entre los pueblos de habla náhuatl con Venus bajo el nombre de Tlahuizcalpantecuhtli; Venus se consideró como el más importante de los cuerpos celestes observados por los mayas, que lo llamaron de diversas maneras: Noh Ek (‘gran estrella’), Chac Ek (‘estrella roja’, aunque es celeste), Sastal Ek (‘estrella brillante’) y Xux Ek (‘estrella avispa’), con el que se identificaba a la deidad Kukulkán, que en su advocación de dios del viento, Ehécatl, se simboliza en construcciones de estructura circular como la Torre del Caracol de Chichén Itzá. Es muy probable que numerosas construcciones mayas, como el llamado Templo de Venus o Edificio 22 de Copán, algunos edificios de la Zona Puuc y otros como el Templo de Kukulcán de Chichén Itzá fueran construidas y dedicadas a la observación de Venus.

 

 

Posiblemente se le dio más importancia incluso que al Sol. Los mayas estudiaron atentamente los movimientos de Venus. Pensaron que las posiciones de Venus y otros planetas tenían influencia sobre la vida en la Tierra, por lo que los mayas y otras culturas precolombinas programaron sus guerras y otros eventos importantes basándose en sus observaciones. En el Códice Dresde, dedicado en su totalidad a Venus, los mayas incluyeron un almanaque en el que mostraban el ciclo completo del planeta, en cinco grupos de 584 días cada uno (aproximadamente ocho años), 2920 días, después de los cuales se repetía el esquema (Venus da trece vueltas alrededor del Sol prácticamente en el mismo tiempo que la Tierra tarda en dar ocho).

 

 

A la llegada de de los españoles, numerosos cronistas dejaron constancia de la importancia de Venus para las culturas centroamericanas, así Bernardino de Sahagún comentaba que cuando la Estrella Grande o Estrella Antigua aparecía en el este, los aztecas llevaban a cabo sacrificios humanos. El español Diego de Landa también dejó constancia de la importancia de Venus entre los mayas.

 

ASIA

 

 

Uno de los documentos más antiguos que sobreviven de la biblioteca babilónica de Ashurbanipal, datado sobre el 1600 a. C., es un registro de 21 años del aspecto de Venus (que los primeros babilonios llamaron Nindaranna). Los antiguos sumerios y babilonios llamaron a Venus Dil-bat o Dil-i-pat; en la ciudad mesopotámica de Akkad era la estrella de la madre-diosa Ishtar, y tanto en la cultura china como en las coreana, japonesa y vietnamita su nombre es Jīn-xīng (金星), el planeta del elemento metal, de acuerdo con la concepción cosmogónica oriental de los cinco elementos, aunque también es la unión de lo masculino y lo femenino, el matrimonio entre el esposo matutino Tai-po y su esposa vespertina, Nu Chien. Tanto la cultura caldea, como la asiria y al igual que la babilónica, sabían que ambas apariciones de Venus en el cielo (la matutina y la vespertina) correspondían a un solo astro, como demuestra la traducción de la Tablilla de Venus de Ammisaduqa, una tablilla babilónica del siglo VII a. C. conservada en el Museo Británico de Londres:

El día 25 del mes de Tamuz (junio), Venus dejó de verse en el horizonte oeste, desapareciendo del firmamento durante siete días. En el amanecer del día 2 del mes Ab (julio) reapareció por el oriente.

 

 

En el corpus tradicional astrológico-religioso de la India, Venus es llamado Shukra Graha (‘planeta de Shukra’; Shukra era el gurú de los asuras, que luchaban contra los devas; en idioma sánscrito, śukra significa entre otras cosas ‘semen’, y ‘plateado [como el semen]’, del color del planeta Venus).

 

 

EUROPA

 

Los antiguos griegos pensaban que las apariciones matutinas y vespertinas de Venus eran dos cuerpos diferentes, y las llamaron Hésperus cuando aparecía en el cielo del oeste al atardecer y Phósphorus cuando aparecía en el cielo del este al amanecer. Fue Pitágoras quien primero teorizó sobre que ambos objetos eran el mismo planeta; no obstante, su idea no se popularizó. De igual modo, en el siglo IV a. C., Heráclides Póntico propuso que tanto Venus como Mercurio orbitaban el Sol en lugar de orbitar la Tierra, siendo su hipótesis totalmente ignorada.

Los romanos, herederos de la cultura astronómica griega, llamaban Lucifer al Venus del amanecer, y Vesper al del atardecer, considerándolos, igual que los griegos, dos cuerpos distintos. Posteriormente se popularizarían los términos alternativos Stella Matutina y Stella Vespertina.

 

OBSERVACIONES A PARTIR DE LA EDAD MEDIA

 

Las fases de Venus, tal como las vio Galileo (publicadas en Il Saggiatore, 1623).

 

Galileo Galilei fue la primera persona en observar las fases de Venus en diciembre de 1610, una observación que sostenía la entonces discutida teoría heliocéntrica de Copérnico. También anotó los cambios en el tamaño del diámetro visible de Venus en sus diferentes fases, sugiriendo que éste se encontraba más lejos de la Tierra cuando estaba lleno y más cercano cuando se encontraba en fase creciente. Estas observaciones proporcionaron una sólida base al modelo heliocéntrico.

 

Alegoría de Venus, de Sebald Beham, siglo XVI

 

Venus es más brillante cuando el 25% de su disco (aproximadamente) se encuentra iluminado, lo que ocurre 37 días antes de la conjunción inferior (en el cielo vespertino) y 37 días después de dicha conjunción (en el cielo matutino). Su mayor elongación y altura sobre el horizonte se produce aproximadamente 70 días antes y después de la conjunción inferior, momento en el que muestra justo media fase; entre estos intervalos, Venus es visible durante las primeras o últimas horas del día si el observador sabe dónde buscarlo. El período de movimiento retrógrado es de veinte días en cada lado de la conjunción inferior.

Los tránsitos de Venus acontecen cuando el planeta cruza directamente entre la Tierra y el Sol y son eventos astronómicos relativamente raros. La primera vez que se observó este tránsito astronómico fue en 1639 por Jeremiah Horrocks y William Crabtree. El tránsito de 1761, observado por Mijaíl Lomonósov, proporcionó la primera evidencia de que Venus tenía una atmósfera, y las observaciones de paralaje del siglo XIX durante sus tránsitos permitieron obtener por primera vez un cálculo preciso de la distancia entre la Tierra y el Sol. Los tránsitos sólo pueden ocurrir en junio o diciembre, siendo éstos los momentos en los que Venus cruza la eclíptica (al plano en el que la Tierra orbita alrededor del Sol), y suceden en pares a intervalos de ocho años, separados dichos pares de tránsitos por más de un siglo. El anterior par de tránsitos sucedió en 1874 y 1882, y el presente par de tránsitos son los de 2004 y 2012.

En el siglo XIX, muchos observadores atribuyeron a Venus un período de rotación aproximado de 24 horas. El astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli fue el primero en predecir un período de rotación significativamente menor, proponiendo que la rotación de Venus estaba bloqueada por el Sol (lo mismo que propuso para Mercurio). Aunque realmente no es verdad para ninguno de los dos cuerpos, era una estimación bastante aproximada. La casi resonancia entre su rotación y la mayor aproximación a la Tierra ayudó a crear esta impresión, ya que Venus siempre parece dar la misma cara cuando se encuentra en la mejor posición para ser observado.

 

 

En 1950, Immanuel Velikovsky propuso que Venus era en realidad un cometa expulsado de su órbita hasta la actual en el año 1500 a. C. por Júpiter, tesis que actualmente sólo cabe en el marco de la pseudohistoria y la pseudociencia.

El período de rotación de Venus fue observado por primera vez durante la conjunción de 1961 con radar desde una antena de 26 metros en Goldstone (California), desde el observatorio de radioastronomía Jodrell Bank en el Reino Unido y en las instalaciones del espacio profundo en Yevpatoria (ex Unión Soviética). La precisión fue refinada en las siguientes conjunciones, principalmente desde Goldstone y Yevpatoria. El hecho de que la rotación era retrógrada no fue confirmado sino hasta 1964.

Antes de las observaciones de radio de los años sesenta, muchos creían que Venus contenía un entorno como el de la Tierra. Esto era debido al tamaño del planeta y su radio orbital, que sugerían claramente una situación parecida a la de la Tierra, así como por la gruesa capa de nubes que impedían ver la superficie. Entre las especulaciones sobre Venus estaban las de que éste tenía un entorno selvático o que poseía océanos de petróleo o de agua carbonatada. Sin embargo, las observaciones mediante microondas en 1956 por C. Mayer et al, indicaban una alta temperatura de la superficie (600 K). Extrañamente, las observaciones hechas por A. D. Kuzmin en la banda milimétrica indicaban temperaturas mucho más bajas. Dos teorías en competición explicaban el inusual espectro de radio: una de ellas sugería que las altas temperaturas se originaban en la ionosfera y la otra sugería una superficie caliente.

Aun en fechas tan tardías como 1969 se podían leer en libros españoles de divulgación científica, obviamente no al tanto de las últimas investigaciones, afirmaciones sobre el carácter acuoso de Venus:

(...) Como los demás planetas, [Venus] gira también alrededor de su eje, pero no podemos medir la duración del día venusiano (o su velocidad de rotación) por estar siempre completamente envuelto por una espesa capa de nubes que impide ver su superficie, que puede ser tierra firme o, posiblemente, un enorme océano.

En raras ocasiones, Venus puede verse en el cielo de la mañana y de la tarde el mismo día. Esto sucede cuando se encuentra en su máxima separación respecto a la eclíptica y al mismo tiempo ese encuentra en la conjunción inferior; entonces desde uno de los hemisferios terrestres se puede ver en los dos momentos. Esta oportunidad se presentó recientemente para los observadores del hemisferio norte durante unos días sobre el 29 de marzo de 2001, y lo mismo sucedió en el hemisferio sur el 19 de agosto de 1999. Estos eventos de repiten cada ocho años conforme al ciclo sinódico del planeta.

 

 

 

     

    Actualizado el 01/03/2010          Eres el visitante número                ¡En serio! Eres el número         

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