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HISTORIA DEL LIBRO

 

 

La historia del libro es la historia de la Humanidad. Desde las tabletas de arcilla usadas por la civilización mesopotámica hasta la revolución digital del siglo XX, pasando por la imprenta de Gutenberg -un hito que transforma el mundo en 1440-, no ha habido un solo momento en que los seres humanos no sintieran la necesidad de abrirse al mundo a través de las palabras.

Si según el proverbio árabe “un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo”, la historia de sus plantas y de sus flores sería nada menos que la historia del hombre que, gracias a la lectura, aprendió a reconocerse por fuera tal como se sentía por dentro.

 

Mesopotamia

Siglo XV: la imprenta

Egipto

Siglo XVI

Grecia

Siglo XVII

Roma

Siglo XVIII

Alta Edad Media

Siglo XIX

Baja Edad Media

Siglo XX

Siglo XXI

 

Cronología de innovaciones en la era moderna del libro

  • 1465: Aparece el primer libro impreso con letras romanas o serifadas
  • ca. 1475: "Recuyell of the Historyes of Troye" fue el primer libro impreso en idioma inglés.
  • 1476: "Grammatica Graeca, sive compendium octo orationis partium" fue el primer libro impreso en idioma griego por Constantino Lascaris.
  • 1485: "De Re Aedificatoria" Primer libro sobre arquitectura.
  • 1488: "Missale Aboense" primer libro impreso en Finlandia.
  • 1494: "Oktoih" primer libro impreso en idioma eslavo y alfabeto cirílico.
  • 1499: "Catholicon" Diccionario Bretón-Francés-Latín, primer diccionario trilingüe, primer libro impreso en idioma bretón y primer diccionario francés.
  • 1501: "Harmonice Musices Odhecaton", impreso por Ottaviano Petrucci, es el primer libro de partituras impreso con tipos móviles.
  • 1511: Hieromonk Makarije imprimió el primer libro en Valaquia (en idioma eslavo).
  • 1513: "Hortulus Animae, polonice" posible primer libro impreso en idioma polaco.
  • 1517: "Psalter" primer libro impreso en idioma beloruso antiguo por Francysk Skaryna en el mes de agosto.
  • 1540: El impresor italiano Juan Pablos (Giovanni Paoli) establece la primera imprenta de América en la Ciudad de México.
  • 1541: "Bovo-Bukh" fue el primer libro no religioso impreso en idioma yídish.
  • 1545: "Linguae Vasconum Primitiae" fue el primer libro impreso en idioma vasco.
  • 1547: Martynas Mažvydas compiló y editó el primer libro en idioma Lituano.
  • 1550: "Abecedarium" fue el primer libro impreso en idioma esloveno por Primož Trubar.
  • 1556: La Compañía de Jesús adquiere una imprenta en Roma e imprimen su primer libro: "Asserttiones Theologicæ".
  • 1564: El primer libro impreso en idioma irlandés fue impreso en Edimburgo. Era una traducción de la "Liturgia" de John Knox hecha por el obispo de las islas Hébridas, John Carswell.
  • 1564: Primer libro fechado impreso en idioma ruso "Apostol" impreso por Ivan Fyodorov
  • 1568: El primer libro en idioma irlandés impreso en Irlanda fue un catecismo protestante. Además contenía una guía de pronunciación y dicción del idioma irlandés.
  • 1573- 74: El impresor italiano Antonio Ricardo (Riccardi) ayuda a la Compañía de Jesús de la capital del Virreinato de Nueva España (actual México) a establecer una imprenta.
  • 1577: "Lekah Tov, una disertación sobre el libro de Esther" fue el primer libro impreso en Israel.
  • 1581: "Biblia de Ostrog" Primera edición completa de la biblia en idioma eslavo.
  • 1581: Antonio Ricardo introduce de manera clandestina una imprenta en el Virreinato del Perú donde comienza a imprimir naipes, grabados y estampas religiosas bajo la protección de los jesuitas establecidos en la ciudad de Lima.
  • 1583: Es autorizada la imprenta de Antonio Ricardo en el Virreinato del Perú por orden del Rey de España Felipe II.
  • 1584: "Catecismo para instrucción de los indios, y de las demás personas que han de ser enseñadas en nuestra Sancta Fe" es el primer libro impreso en Perú y Suramérica por Antonio Ricardo.
  • 1593: "Doctrina Christiana" fue el primer libro impreso en las islas Filipinas.
  • 1640: "The Bay Psalm Book", fue el primer libro impreso en Norteamérica.
  • 1651: "Abagar - Filip Stanislavov", fue el primer libro impreso en idioma búlgaro moderno.
  • 1678-1703: "Hortus Malabaricus" incluye la primera impresión de tipos en idioma malayalam.
  • 1802: "New South Wales General Standing Orders" fue el primer libro impreso en Australia.
  • 1908: "Aurora Australis" fue el primer libro impreso en la Antártida.

 

Mesopotamia

 


Probablemente el primer libro de la historia fue el libro mesopotámico, creado por los sumerios en el IV milenio a.C., y utilizado después durante tres mil años como vehículo de transmisión de la civilización mesopotámica y de otras civilizaciones del Próximo Oriente, contemporáneas suyas e influidas por ella.

Pocas personas dominaban la escritura en esta época, por eso los escribas gozaban de un gran poder político y social. Al principio eran simples escribientes, pero después acabaron convirtiéndose en los depositarios del saber religioso, literario, científico y comercial que se conservaba en los textos. Los escribas formaban una clase aparte, ligados al templo y al palacio real, donde se conservaban los documentos escritos.

Las bibliotecas más famosas de esta época fueron la Biblioteca de Ebla y la Biblioteca de Asurbanipal en Nínive, fundada hacia el año 640 a.C. El monarca asirio Asurbanipal era un rey con fama de académico, que se dedicó a copiar y revisar algunos de los libros que conservaba e incluso enviaba a sus representantes a través de su reino en busca de cualquier volumen que faltara en su biblioteca.

 

El libro mesopotámico:


El libro mesopotámico consistía en tablillas de arcilla, sobre las que se escribían signos cuneiformes.

En Mesopotamia abundaba la arcilla. Este material facilitó el desarrollo de sus habitantes, les permitió construir casas a base de ladrillos y adobes, y les proporcionó un material escriptóreo barato y duradero.

 La arcilla se cortaba en pequeñas planchas que no solían superar los 40 cm. Se escribía sobre la arcilla blanda, al principio con una caña afilada y más tarde con estilete de metal, marfil o madera a modo de punzón, y luego se dejaba secar al sol o en un horno. Precisamente porque el instrumento con el que se escribía tenía forma de cuña, a esta escritura se la conoce como escritura cuneiforme.

Pero no se empleó exclusivamente la arcilla como soporte escriptóreo. Los documentos valiosos se grababan en piedra o metales preciosos (como el oro) o resistentes y maleables (como el plomo). También debieron de usarse (aunque no se ha podido conservar ningún resto) pieles e incluso papiro, utilizando tinta para dibujar los signos. Se grabaron textos en monumentos megalíticos con motivo de conmemoraciones o simplemente para engrandecer a los soberanos. También se usaron para dar fe de las normas jurídicas. El ejemplo más famoso es el "Código de Hammurabi".

 

 

                                                     Lucay en el Atlas de Cresques de 1375

 

Estela donde se hallan grabadas las 282 leyes del Código de Hammurabi. En la parte superior el rey Hammurabi (en pie) recibe las leyes de manos del dios Shamash. La estela fue encontrada en Susa, a donde fue llevada como botín de guerra en el año 1200 a. C. por el rey de Elam Shutruk-Nakhunte. Actualmente se conserva en el Museo del Louvre (París).

 

En las culturas del Proximo Oriente Antiguo son los dioses quienes dictan las leyes a los hombres, por eso, las leyes son sagradas. En este caso es el dios Samash, el dios sol, dios de la Justicia , quien entrega las leyes al rey Hammurabi de Babilonia (1790-1750? a. C.), y así se representa en la imagen que figura sobre el conjunto escrito de leyes. De hecho, antes de la llegada de Hammurabi al poder, eran los sacerdotes del dios Samash los que ejercían como jueces pero Hammurabi estableció que fueran funcionarios de l rey quienes realizaran esta trabajo, mermando así el poder de los sacerdotes y fortaleciendo el del propio monarca.

El código de leyes unifica los diferentes códigos existentes en las ciudades del imperio babilónico. Pretende establecer leyes aplicables en todos los casos, e impedir así que cada uno "tomara la justicia por su mano", pues sin ley escrita que los jueces hubieran de aplicar obligatoriamente, era fácil que cada uno actuase como más le conviniera.

"(...) entonces Anum y Enlil me designaron a mí, Hammurabi, príncipe piadoso, temeroso de mi dios, para que proclamase en el País el orden justo, para destruir al malvado y al perverso, para evitar que el fuerte oprima al débil, para que, como hace Shamash Señor del Sol, me alce sobre los hombres, ilumine el País y asegure el bienestar de las gentes.", se dice al principio del código.

"Cuando Marduk me encargó llevar el orden justo a las gentes y mostrar al País el buen camino, puse en la lengua del País la ley y la justicia y así fomento el bienestar de las gentes.

Por eso he dispuesto: (...)" El código de Hamurabi no distingue entre derecho civil y derecho penal. En él hay leyes que regulan las relaciones comerciales, patrimoniales, etc, y también leyes que determinan lo que es delito y la pena que corresponde a cada delito. Sin embargo esto se hace sin ninguna sistematización, simplemente se suceden leyes que enumeran los posibles casos y lo que se debe obrar en consecuencia ("si ha pasado esto, se hará esto otro").

En el código no se distingue entre derecho civil y penal, es decir, se dan leyes que regulan los asuntos de la vida cotidiana y leyes que castigan los delitos. Se regulan el comercio, el trabajo asalariado los préstamos, los alquileres, las herencias, los divorcios, la propiedad, las penas por delitos de robo, asesinato, etc.

El texto del código también nos sirve para saber cuales eran los delitos más frecuentes en la época, pues un delito previsto será  un hecho que acontece con relativa frecuencia. En las penas aplicadas a cada delito se distingue si hay intencionalidad o no, y cual es la "categoría de la víctima y la del agresor". Así la pena es mayor si se ha hecho adrede y menor si ha sido un accidente; mayor si la víctima es un hombre libre menor si es un esclavo.

La mayoría de las penas que aparecen en el código son pecuniarias (multas), aunque también existe pena de mutilación e incluso pena de muerte. En algunos casos la ley opta por aplicar talión, es decir, hacer al agresor lo mismo que él hizo a su víctima siempre que ambos sean de la misma "categoría".

Estos son algunos ejemplos de leyes extraídos del código de Hammurabi:

"Si un hombre golpea a otro libre en una disputa y le causa una herida, aquel hombre jurará "Aseguro que no lo golpeé adrede" y pagará el médico".

"Si un hombre ha ejercido el bandidaje y se le encuentra, será condenado a muerte."

"Si un hombre ha acusado a otro hombre y le ha atribuido un asesinato y éste no ha sido probado en su contra, su acusador será condenado a muerte."

"Si un hombre ha reventado el ojo de un hombre libre, se le reventará un ojo."
"Si revienta el ojo de un muskenu... pagará una mina de plata."
"Si ha reventado el ojo deun esclavo de un hombre libre, pagará la mitad de su precio (del precio del esclavo)".

Como se ve en estas leyes el talión sólo se aplica entre individuos de igual categoría. En caso de que el agresor se de una categoría superior a la de la víctima no se aplica talión sino que se condena a una pena pecuniaria. En el código de Hammurabi aparecen tres "catagorías de hombres: los libres, los esclavos y una categoría intermedia llamada "muskenu" que podrían ser siervos.

"Si un hombre conoce carnalmente a su hija, se desterrará a ese hombre de la ciudad."

"Si un hombre, tras la muerte de su padre, yace con su madre, se los quemará a ambos."

"Si un hijo ha golpeado a su padre se le cortará la mano".

"Si un hombre quiere desheredar a su hijo y afirma ante los jueces "Quiero desheredar a mi hijo", los jueces determinarán los hechos de su caso y, si él no ha demostrado las razones de la desheredación, el padre no puede desheredar a su hijo."

"Si una mujer odia a su marido y afirma "No harás uso carnal de mí", se determinarán los hechos de su caso en un juicio y, si se ha mantenido casta y sin falta en tanto que su marido es convicto de abandono y agravio, esa mujer no sufrirá castigo, tomará su dote (sheriktu) y marchará a la casa de su padre."

La dote (sheriktu) es siempre de la mujer, en caso de divorcio (como el contemplado ene esta ley) la recupera y si muere pasa a ser de sus hijos. La dote es lo que garantiza a la mujer su subsistencia, lo cual no significa que sea ella quien la administre con independencia, pues la mujer está siempre bajo la tutela de un varón, sea el marido, el padre u otro pariente.

 

Características

-          Su escasa circulación ya que no había comercio del libro.

-          Su anonimia, pues eran obras colectivas, aunque algunas veces sí figuraba el nombre del copista.

-          Trataban preferentemente temas administrativos y económicos, aunque también conservaron textos religiosos, épicos, históricos, jurídicos, etc. Primaban los valores sociales sobre los literarios, la función del libro era más transmisora que creadora.

-          Su brevedad.  Las obras más largas no pasarían en la actualidad de simples folletos.

La mayoría de las tabletas que han llegado hasta nuestros días corresponden a documentos económicos, administrativos y legales, como inventarios, hipotecas, recibos, contratos de arrendamiento, de compraventa y matrimoniales, sentencias judiciales, adopciones, etc.

 

 

 

EGIPTO

 

El sistema de escritura egipcio sólo fue empleado por el propio pueblo egipcio y no se expandió más allá de los límites políticos de los faraones, debido al propio aislamiento que se forjaron el pueblo y la cultura egipcios.

El pueblo egipcio nació en las riberas del río Nilo, los desiertos que les rodeaban les mantuvieron aislados de sus vecinos durante siglos, en los que fueron adquiriendo personalidad propia.

Con el triunfo del cristianismo, que desarrolló un nuevo sistema de escritura, y con el cierre de los antiguos templos egipcios al final del Imperio Romano, no quedó nadie que pudiera entender el sistema de escritura egipcio. Cuando el Islam se impuso sobre el cristianismo en Egipto, los sabios musulmanes tampoco pusieron mucho interés en los restos que encontraron, exceptuando los grandes monumentos, como templos y pirámides, que dieron pie a numerosas leyendas. Con el paso del tiempo los textos egipcios grabados en monumentos o escritos en papiros se hicieron cada vez m ás impenetrables.

El rollo de papiro:

La cultura egipcia fue la primera que utiliza la tinta y una materia ligera, el papiro, que puede ser considerado como el antecesor del papel, al que se parece en su aspecto exterior, color, flexibilidad o en la facilidad que presenta para escribir con tinta y que esta permanezca sin borrarse.

La planta de la que se obtenía el papiro (del mismo nombre, papyros) era una planta acuática muy abundante en todo el territorio egipcio, que crecía en las aguas pantanosas y estancadas del Nilo. Pertenece a la familia de las ciperáceas y en la actualidad es bastante escasa. Los egipcios la utilizaron además para otros menesteres, como leña para el fuego o para fabricar cuerdas, velas de barco, ropas, calzado, etc.

El tallo de esta planta se cortaba en tiras finas que se disponían en capas que se iban superponiendo, se encolaban, se secaban al sol y se pulían hasta formar una especie de tejido. Después se pegaban en largas fajas con las que se formaban los rollos. La adherencia entre las capas era sumamente resistente, como lo demuestran las hojas de papiro que se conservan en la actualidad y que todavía permanecen unidas.


Para escribir se utilizaron primero juncos cortados al revés. Más tarde se usó una caña rígida y afilada (calamus), que permitía una escritura más fina. Ésta, junto con la regla para trazar líneas, eran los utensilios indispensables de cualquier escriba. La tinta se hacía mezclando carbón vegetal, goma y agua. El libro egipcio fue el primer libro ilustrado, ya que la tinta permitía realizar ilustraciones en los papiros. Conseguían tintas de diferentes colores mezclando ciertos ingredientes, utilizaban por ejemplo, la tinta roja para todo aquello que se consideraba más importante, como títulos, encabezamientos o el comienzo de un nuevo párrafo.

El libro egipcio tenía forma de rollo, ya que el papiro era un material muy flexible que permitía ser enrollado fácilmente alrededor de un palo de madera, y en principio se escribía por una sola cara. Para leerlo era preciso desenrollarlo, de modo que fuera descubriéndose sucesivamente la escritura. Cuando un texto ya no tenía interés, o bien se borraba para volver a ser utilizado, o bien se utilizaba el verso.

Los rollos de papiro se conservaban en jarras de barro, cajas de madera, ánforas o estuches de cuero. Solían protegerse además con telas y llevar una etiqueta con el nombre del autor. A su vez podían conservarse en archivos ("Casas de los Libros") o en bibliotecas ("Casas de la Vida"). Ambos espacios se situaban en templos y palacios reales.

El formato del rollo de papiro permitía recoger textos de cierta extensión, tenía buena apariencia, se podía escribir en él fácilmente con tinta, borrar lo escrito con agua o adornarlo con ilustraciones en color. Además no pesaba mucho y era fácil de transportar. Todas estas cualidades lo hacían superior a las tabletas de arcilla usadas por los mesopotámicos. Fue el vehículo de la expresión escrita de los egipcios y perduró durante tres mil años hasta la aparición del códice de pergamino en la cultura clásica.

En Egipto, se usaron también otros materiales escriptóreos, pero de manera mucho más escasa, como tablas de madera recubiertas con yeso, fragmentos de caliza y de recipientes de alfarería, paredes de piedra en templos, tumbas o incluso la piel de ciertos animales.

Los escribas:

La principal escritura egipcia fue la jeroglífica. Su religión, basada en el culto a los muertos y en la creencia de una vida posterior, favoreció la proliferación del Libro de los Muertos, una especie de guía del Más Allá, lo cual favoreció extraordinariamente el uso de la escritura. También se redactaron otro tipo de textos, como tratados legales, documentos administrativos y científicos, cuentas, etc.

 
Al igual que en Mesopotamia, en Egipto el escriba, el hombre que dominaba la lectura y la escritura, también gozaba de una gran consideración social. A las escuelas acudían preferentemente los hijos de los nobles y de los escribas. Aprendían a leer y a escribir, estudiaban matemáticas y geografía y recibían una sólida moral.

El libro egipcio superó tanto en la forma como en el contenido, al libro mesopotámico, aunque ambos tenían algunas características comunes, como la brevedad o la anonimia. Sin embargo, la aportación más importante de los egipcios a las culturas siguientes fue la forma material del libro: el uso del papiro en forma de rollo, el empleo de la tinta y la inclusión de ilustraciones como complemento aclaratorio de los textos o simplemente como adorno.

Hacia el segundo milenio a.C., el papiro se usaba en Creta y en las ciudades fenicias. Su entrada en el mundo griego fue posiblemente hacia el siglo VII a.C.

 

GRECIA

 

El rollo de papiro egipcio sirvió a la humanidad durante tres milenios y durante uno a la cultura clásica, porque era manejable y práctico. Fue el vehículo de expresión escrita de los egipcios y de los escritores de Grecia y Roma, donde alcanzó tal prestigio que se convirtió en el medio noble de expresión de la literatura. Sin embargo presentaba algunos inconvenientes: resultaba difícil encontrar un pasaje concreto, era frágil, se necesitaban ambas manos durante su lectura así como cierta precisión para enrollarlo, y tenía una capacidad limitada si se quería que fuese manejable.

El papiro llegó a Grecia hacia el siglo VII a.C. Sin embargo, en la cultura griega la materia escriptórea más abundante era el pergamino, fabricado a partir de pieles curtidas de animales, las cuales eran más resistentes y fáciles de obtener que el papiro. La sustitución del papiro por el pergamino fue definitiva en el siglo IV d.C.

Fue en Grecia donde el libro adquirió por primera vez su verdadera dimensión e importancia. Por un lado, la consolidación del alfabeto griego facilitó la técnica de escribir, además de hacerla alcanzable a cualquier persona. Por otro, el sistema social griego y su democracia permitían a cualquier ciudadano libre participar en el gobierno de la nación, siempre y cuando supiera leer y escribir, lo que propició la extensión de la enseñanza (los niños aprendían en las escuelas y los adultos en los centros de estudio e investigación como la Academia de Platón, la Escuela Hipocrática de Cos o el Liceo de Aristóteles). El contenido del libro se diversifica, ya no sólo incluye textos burocráticos, sino también obras filosóficas, literarias, etc. Las obras dejan de ser anónimas y se reconoce la figura del autor.

Las biliotecas:

Junto con la evolución del libro se desarrolló también el concepto de biblioteca.

De entre todas las bibliotecas conocidas de la Antigüedad, sin duda la mejor y más célebre fue la Biblioteca de Alejandría, fundada por los Ptolomeos, los cuales se habían hecho cargo de Egipto a la muerte de Alejandro Magno. La Biblioteca de Alejandría era en realidad un centro de estudios superiores, donde se dieron cita los sabios más destacados de la época. Allí se dedicaban al estudio y a la investigación. La Biblioteca también estaba destinada a albergar la obras de la literatura griega, y contaba con traducciones al griego de las literaturas egipcia, babilónica y otras de la Antigüedad. Estaba formada por dos colecciones: una instalada en el templo de Serapis y otra instalada en el de las Musas. Se cree que pudo llegar a albergar 200.000 volúmenes (rollos).

Existen numerosas leyendas sobre la biblioteca de Alejandría, pero lo que sí está claro es que en la realidad sufrió numerosos avatares. Se incendió parcialmente en el año 47 a.C., cuando el emperador romano Julio César conquistó la ciudad. Para compensar este hecho, Marco Antonio regaló a Cleopatra los fondos de la Biblioteca de Pérgamo. Tampoco está bien documentada su desaparición, existen diferentes teorías, los cristianos la achacan a los árabes y éstos a los cristianos, parece que desapareció definitivamente en el año 391 d.C., al ser destruido el templo de Serapis bajo la dominación de Teodosio.

 
La Biblioteca de Pérgamo fue fundada en el siglo II a.C. por Atalo I, aunque su auténtico impulsor fue Eumenes II. Fue la única biblioteca que rivalizó con la de Alejandría hasta que fue saqueada por Marco Antonio y sus fondos trasladados a Alejandría.

La ciudad de Pérgamo (en el Asia interior) fue la que alcanzó un mayor grado de perfeccionamiento en el tratamiento de pieles de animales para su uso como soporte para la escritura, hasta el punto de dar su nombre al siguiente material escriptóreo de la historia: el pergamino.


Según la leyenda, el pergamino nace en Pérgamo, cuyos reyes poseían una importante biblioteca rival de la de Alejandría. Egipto prohibió la exportación de papiro para dificultar la expansión de la biblioteca de Pérgamo y sus habitantes se vieron entonces obligados a buscar nuevos materiales, dando así con las pieles de ciertos animales.


El pergamino se fabricaba con la piel de distintos animales y dependiendo del animal tenía más o menos calidad. Así, las más utilizadas eran las de carnero y cabra, también se usaban el cerdo, el becerro o el camello, aunque los resultados eran de menor calidad. La piel más apreciada era la vitela, hecha de un animal más joven, que podía llegar a ser muy fina. Fabricar el pergamino era un proceso laborioso y caro, la piel del animal sufría una serie de baños que eliminaban la grasa, y otros de cal y de sustancias químicas para alcanzar el estado de putrefacción. Se raía con cuchillas, se eliminaba el pelo y se estiraba. Finalmente volvían a llevarse a cabo ciertos lavados y se daba una mano de albayalde.

 
El pergamino presentaba ciertas ventajas frente al papiro: se podía escribir por ambas caras, borrar lo escrito raspando y volver a escribir de nuevo sobre lo borrado (estos pergaminos reciben el nombre de palimpsestos), era más resistente y manejable. Al principio el pergamino se utilizó en forma de rollo, pero como tenía poca flexibilidad, fue finalmente sustituido por el codex o códice en la época romana. Mediante el cosido de varios cuadernillos, el códice acabó adoptando la forma del libro actual.

 

 

ROMA

 

Las relaciones comerciales y coloniales con Egipto facilitaron el suministro de papiro, aunque también se usaron otros materiales como las tablillas, sobre todo para anotaciones breves y para la enseñanza. Sin embargo, en Roma se producirán una serie de cambios decisivos en la elaboración y difusión del libro.

El primero de estos cambios fue la comercialización del libro, que dará lugar a la aparición de librerías editoriales, con esclavos dedicados a la copia de textos. El negocio editorial se fue desarrollando mediante el intercambio y la compraventa de libros. Pomponio Ático fue el primer editor romano, que destacó por editar las obras de Cicerón. El comercio del libro se vio favorecido además por la costumbre de los patricios romanos de coleccionar libros como signo de distinción. Así poseer una biblioteca se convirtió en sinónimo de prestigio social. La escritura se hizo cotidiana, se escribía en el Senado, en las campañas militares y en la vida doméstica, y se tomaron numerosas bibliotecas como botín de guerra.

Por otro lado, en la Roma Imperial se crearon las bibliotecas públicas, de titularidad estatal, a las que tenía acceso cualquier ciudadano. Asinio Polión inauguró la primera biblioteca pública en el año 39 a.C. Las más importantes fueron las bibliotecas Octaviana y Palatina creadas por Augusto, y la mayor de todas fue la biblioteca Ulpia por encargo del emperador Trajano. Durante el desarrollo del cristianismo, en los últimos tiempos del Imperio Romano, también se crearon importantes bibliotecas cristianas, como la Biblioteca de Cesarea. En el Imperio Romano de Oriente, Constantino fundó una gran biblioteca, la de los Embajadores, con obras tanto de la literatura cristiana como de la pagana. Ya en la época bizantina, Bizancio contaría con importantes bibliotecas privadas e institucionales (Biblioteca de los Embajadores o Biblioteca de los Patriarcas).

Otro cambio importante fue, al final del Imperio Romano, la aparición un nuevo formato de libro: el codex o códice de pergamino.


En realidad se trataba de una disposición diferente de los textos. Consistía en un cuadernillo formado por hojas hechas de madera sobre las que se escribía con algo afilado. Entre las tabletas de madera se intercalaban hojas de papiro y posteriormente de pergamino. Con el tiempo fue aumentando la proporción de papiro o pergamino, hasta que terminaron por confeccionarse casi exclusivamente de estos materiales. Entonces pasaron a formar cuadernillos que se cosían unos a otros, se protegían con dos planchas de madera y se ataban con correas. Así el códice adoptó la forma del libro actual, por lo que podemos decir que fue el antecedente directo de nuestro libro.

El códice garantizaba una duración más larga porque estaba protegido por la encuadernación, su almacenamiento era más fácil, lo mismo que su transporte por ser plano y tener menos volumen, tenía gran capacidad ya que las hojas podían escribirse por ambas caras, resultaba más barato y permitía localizar un pasaje con mayor rapidez y facilidad.

 
Al principio fue utilizado como libro de registro y como libro escolar, pero las ventajas que presentaba hicieron que pronto se superaran las reticencias que aparecieron hacia este nuevo formato, siendo preferido rápidamente por juristas y cristianos. A los primeros les permitió la compilación del Derecho Romano de forma mucho más manejable que con el rollo de papiro. Para el cristianismo, una religión basada en un libro, la Biblia, al que necesita acudir constantemente, el códice fue una herramienta extremadamente útil, ya que permitía reunir una importante cantidad de escritos y facilitar la localización de textos concretos que leer a las audiencias. Con la consolidación del Cristianismo como religión oficial, en el siglo IV, el uso de la nueva forma del libro se extiende definitivamente.

BIZANCIO

Bizancio, como continuador del Imperio Romano de Oriente, es la articulación entre el mundo clásico y la Edad Media. Se caracteriza por sus libros lujosos, en los que el pergamino se teñía con púrpura y se hacían letras de plata y oro. Destacan los libros de viajes y los manuales de uso práctico.

 

 

ALTA EDAD MEDIA (siglo V - siglo XII)

 


Se considera que la Edad Media comienza en el año 476 d.C. con la caída del Imperio Romano. Los últimos tiempos del Imperio Romano estuvieron marcados por la decadencia económica y social, el deterioro en la calidad de vida, la cultura y la sociedad. A la muerte de Teodosio, el Imperio se dividió entre Honorio y Arcadio, que establecieron sus capitales en Roma y Constantinopla. El Imperio Romano de Oriente, en posesión del legado cultural griego y menos afectado por las invasiones bárbaras, pudo conservar mejor sus características sociales y culturales e incluso mantener un aceptable grado de prosperidad.

 
El sistema cultural y educativo romano se vino abajo sin ser sustituido por otro, ya que la cultura de los pueblos invasores era inferior a la romana. Europa occidental sufrió una época de recesión económica y cultural.

 
En este periodo histórico la iglesia desempeñó un papel predominante y realizó una misión esencial como conservador de la cultura. El saber de la Antigüedad Clásica se conservó en los monasterios cristianos, donde se guardaban y copiaban los libros.


En los monasterios bizantinos se conservó la cultura griega. Destacaron por ejemplo, el convento del Studion en Bizancio y los monasterios del monte Athos. En el mundo occidental, Casiodoro fue el primero en recomendar a los monjes del monasterio de Vivarium (Italia), la lectura y copia de textos como una forma de servir a Dios. Y así fueron haciendo también otras órdenes religiosas...

Desde la caída de Roma, el libro deja de ser un fenómeno civil y pasa a refugiarse en el mundo religioso, sobre todo en los monasterios, que se convierten en auténticos centros culturales. Desaparece el comercio del libro, ya que ahora los libros se copian en los centros eclesiásticos pero sin fines económicos. El libro adquirió una gran importancia como garante de la cultura, que quedó en manos de la iglesia, y con ello también la lectura, copia y conservación de los manuscritos.


Así, los libros pasaron a ser casi exclusividad de los monasterios, apenas había demanda fuera de ellos. Casi nadie sabía leer, la cultura del pueblo era oral, los nobles eran analfabetos y en el mejor de los casos tenían a su servicio un lector o un copista. La práctica desaparición del comercio y la decadencia económica tuvo consecuencias funestas para el libro, ya que los pergaminos escaseaban. La incomunicación entre los diferentes centros culturales y la desaparición de la unidad romana dio como resultado, entre otras cosas, el abandono de la letra romana y la aparición de nuevas escrituras, las llamadas "letras nacionales": merovingia, visigoda, insular, etc.


Por otro lado, los monasterios eran autosuficientes: criaban su propio ganado, del cual obtenían los pergaminos para los libros, los monjes se encargaban de la copia, encuadernación y decoración de los libros. Los talleres donde se hacía la copia e iluminación de los manuscritos se llamaban Scriptorium. Un monje experto dirigía el trabajo y además podía encargarse de la biblioteca. Otras veces existía una persona encargada exclusivamente de la biblioteca, el Librarium. Los scripotoria eran los encargados de hacer las copias de los manuscritos como un medio de conseguir la disciplina interior. Al principio los copistas realizaban el trabajo sobre sus rodillas utilizando una tablilla como soporte. Avanzada la Edad Media dispondrían ya de pupitre, silla y utillaje (plumas, tinta, lápices de gráfito, etc.) propios.

 

A medida que avanza la Edad Media va creciendo el interés por la presentación del libro: empieza a tenerse en cuenta la materia escriptórea, se cuidan la caligrafía, las ilustraciones y los motivos decorativos, así como la encuadernación. Los dibujos se realizan con tintas doradas y de colores, que servían para indicar el principio de una sección, para ilustrar los textos o para decorar los bordes del manuscrito. Pero el lujo característico de los manuscritos de la Edad Media se centra principalmente en los Libros de Horas, hechos para los reyes y la alta nobleza. Contenían oraciones distribuidas por las horas en que debían ser leídas y también servían como muestra de la religiosidad, riqueza y buen gusto de sus dueños. Destaca por ejemplo, el Libro de Kells, una copia de los evangelios hecha en Irlanda o Escocia en el siglo VII o IX. Los libros tenían portadas de madera, reforzadas a menudo con piezas de metal, y poseían cierres en forma de botones o candados. Muchas de las portadas iban cubiertas de piel y a veces estaban ricamente adornadas con trabajos de orfebrería en oro, plata, esmaltes y piedras preciosas.

La mayoría de los textos eran de temática religiosa, aunque dentro de estos existían una gran variedad de manuscritos (evangeliarios, libros de horas, misales, cantorales, etc.). Eran libros necesarios para la celebración de los ritos sagrados y también para la formación de sacerdotes y monjes.

Monasterios como el de Liébana, San Cosme, Santo Domingo de Silos, San Martín de la Cogolla, monte Athos o San Gall tuvieron importantes bibliotecas. En España, durante la época visigoda, destacaron las bibliotecas episcopales de Toledo y Zaragoza y la figura de San Isidoro de Sevilla. En sus Etimologías recoge de forma enciclopédica el saber de su tiempo y de la Antigüedad. En cuanto a la España mozárabe, destaca sobre todo la obra Comentarios al Apocalipsis de San Juan escrita por el monje Beatus, de la abadía de Liébana en el año 776. Esta obra destaca por sus fantásticas ilustraciones de gran formato, colores brillantes y gran expresividad, y fue copiada en numerosas ocasiones. Actualmente se conservan 34 Beatos enteros.

A finales del siglo VIII destaca la figura de Carlomagno, que se propuso, entre otras cosas, la unificación cultural de Europa. Fue el impulsor del resurgimiento de la civilización antigua, dentro de un espíritu cristiano. Fundó varias escuelas para la formación de los hijos de los nobles (como la escuela palatina de Aix-la-Chapelle en Aquisgrán, donde destacó su biblioteca), se rodeó de sabios que le asesoraban e intentó la recuperación de obras de autores clásicos. Con el fin de organizar de forma centralizada su reino, creó una letra, la carolina, que se hizo obligatoria en todos los documentos oficiales. Tenía formas redondas, pausadas y elegantes y fue la letra más usada entre los siglos IX y XII, cuando deriva en la letra gótica. El renacimiento carolino no sobrevivió a su fundador, aunque algo más tarde se reprodujo en tiempos de Otón I.

 

El Códice de pergamino:

La materia escriptórea más usada en la Edad Media fue el pergamino. Existían varios tipos: el amarillento (el más común), el bicolor (amarillento por un lado y blanqueado por otro) y el purpúreo (teñido).


En el pergamino se delimitaba primero la caja de escritura y se hacían las líneas donde escribir. Los espacios para las ornamentaciones (iniciales, miniaturas, ilustraciones) se dejaban en blanco para que los rellenasen los monjes especializados. Una vez terminada la obra, podía ponerse el título, el nombre del copista, la fecha y algún otro comentario necesario. Finalmente los cuadernos o pliegos eran cosidos y cubiertos por un cuero grueso o tapas de madera, que podían incluir además telas, piedras preciosas, oro, plata, etc.

 

 

 

 

BAJA EDAD MEDIA (siglo XII-siglo XV)

 

Hacia los siglos XI y XII la economía empieza a recuperarse, se restablece el comercio y la agricultura se vuelve más próspera. Todo esto propicia la existencia de excedente en la producción de materias y productos, y por eso el trabajo se especializa y diversifica. Surgen artesanos independientes que se instalan en las ciudades, las cuales crecen considerablemente. Aparece una nueva clase social más rica, culta e independiente, la burguesía.

Los nuevos profesionales necesitan libros para ejercer sus trabajos (los comerciantes para llevar las cuentas de sus negocios, los notarios y funcionarios de las cancillerías para ocuparse de la burocracia, etc.), el analfabetismo retrocede y se produce un renacimiento de las letras. Surgen nuevas estructuras y nuevas instituciones culturales, como las escuelas catedralicias, primer paso para acabar con la exclusividad de la cultura por parte de la iglesia, que pronto se transforman en las primeras universidades (París, Bolonia, Oxford, Palencia, Salamanca).

Numerosas personas necesitan ahora los libros para sus estudios y posteriormente para su trabajo. Es entonces cuando el libro pasa de ser un depósito de la sabiduría antigua a ser un instrumento para conocer las nuevas ideas. El contenido del libro se aleja de la religión para empezar a preocuparse por otras materias: las ciencias, el derecho, la literatura... Deja de ser patrimonio de los monasterios y se desplaza hacia los medios laicos, especialmente a las universidades, las cortes reales y las mansiones de las personas más ricas. Se forman excelentes bibliotecas privadas y reales, y aparece la figura del bibliólogo. Destaca la figura de Petrarca, que formó la biblioteca privada más importante de su época. Las bibliotecas dejan de ser meras conservadoras de la cultura y los conocimientos clásicos, y pasan a ser medios de información y de estudios laicos.


Esto supuso lógicamente un mayor desarrollo del libro, la lectura y la escritura, y consecuentemente un aumento considerable de la producción y circulación de libros. El libro se comercializa de nuevo. A la sombra de las universidades aparecen los estacionarios, establecimientos encargados de manera profesional de la copia y distribución del libro. Los libros además se prestan y se alquilan.

Aparece una nueva letra, la gótica, que terminará imponiéndose a las anteriores. Esta letra es más clara y legible, supone mayor separación de las palabras y el uso de signos de puntuación y abreviaturas que agilizan la lectura. Comienzan a escribirse textos literarios en las distintas lenguas vernáculas, con sus nuevos géneros y temas (libros de caballería, de poesía, de viajes, de contenido satírico e incluso blasfemo, obviamente prohibidas por la iglesia, etc). Finalmente la introducción del papel por parte de los árabes, que instalaron la primera fábrica de Europa en Játiva (año 1100), dio un impulso definitivo a la fabricación del libro. Al principio el papel fue acogido con recelo y tardó un tiempo en afianzarse, pero al ser un material mucho más barato y rápido de fabricar que el pergamino, acabó por sustituir a éste; su uso se impone definitivamente a partir del siglo XV con la aparición de la imprenta.

También surgieron escuelas de ilustradores, como la merovingia, la irlandesa, la visigótica o la mozárabe, y aparecen los códices áureos y argentáreos, realizados con letras de oro y plata respectivamente.

Las bibliotecas árabes conocieron un auge notable, tanto por la elevada alfabetización del mundo musulmán de entonces (su cultura, basada en el Corán, considera como deber del creyente enseñar a leer y escribir como medio para difundir la palabra de Dios), como por su conocimiento del papel. Las bibliotecas más famosas fueron la de Harun-al Raschid en Bagdad y la de Al-Hakein I en Córdoba. Además la mayoría de las mezquitas disponían de una biblioteca y una escuela donde se enseñaba la lectura del Corán.

La Edad Media se cierra con un nuevo moviminto intelectual, el Humanismo, iniciado por Petrarca en el siglo XIV, que se caracteriza por la búsqueda de lo clásico. El libro medieval comienza su declive con la invención de la imprenta en el siglo XV, cuando los libros dejan de copiarse a mano.

 

El Papel

Una de las grandes aportaciones del pueblo chino es sin duda la invención del papel.
Según la tradición, su invención se debe, hacia el año 105 d.C., a T'sai Lung, un cortesano del emperador chino Ho Ti, que recibió el encargo de buscar nuevos materiales para escribir. T'sai Lung fabricó papel utilizando corteza de morera, tejidos de seda y trapos de ropa vieja, y un molde fabricado de tiras de bambú. Sin embargo, algunos investigadores descartaron esta teoría cuando en 1957 encontraron un fragmento de papel hecho de fibra de seda y vegetales, de al menos 250 años anteriores al 105.


Durante 500 años la técnica de cómo fabricar papel sólo la conocía China, hacia el año 610 se introdujo en Japón, hacia el 750 en Asia Central y por el 800, llegó a Egipto. La expansión árabe por tierras asiáticas propició su difusión, extendiéndose por el mundo musulmán (hacia el siglo XI), y más tarde por Europa (siglos XII, XIII y XIV), donde fue introducida por los árabes. Estos mejoraron la calidad del papel utilizando nuevos materiales como el algodón, el lino o el cáñamo. Con el paso de los siglos las técnicas de fabricación fueron mejorando y así el papel ha llegado a ser confeccionado en grandes cantidades y a muy bajo precio.

 
Antes de la invención del papel, en China se utilizaba la técnica xilográfica, que consistía en tallar letras e imágenes en relieve en bloques de madera, que se entintaban e imprimían sobre alguna superficie. De estos bloques de madera se pasó a la impresión con tipos móviles, usando caracteres sueltos dispuestos en fila (los caracteres móviles de imprenta se adjudican a Pi Sheng, que en 1045 fabricó estos caracteres de arcilla), pero entonces no fue considerado un invento demasiado útil, ya que el idioma chino cuenta con entre 2.000 y 40.000 caracteres diferentes y esta técnica suponía por tanto demasiado trabajo.

El papel acabó imponiéndose en Occidente sustituyendo a los soportes escriptóreos de entonces (el papiro y el pergamino), los cuales no resultaban apropiados para imprimir, el papiro era demasiado frágil y el pergamino demasiado caro. El papel en cambio era un material bastante resistente y económico.

El papel se consigue entretejiendo fibras de celulosa vegetal, y tiene forma de hojas delgadas. Puede utilizarse tanto para la escritura como para la impresión, y a lo largo de la historia ha ido tomando distintas formas (en forma de rollo, cuaderno, hojas sueltas, etc).

Al principio el papel era bastante ligero y de superficie rugosa, por lo que fue utilizado para documentos secundarios como borrador de cartas o para tomar apuntes. Pero con el tiempo se fueron perfeccionando las técnicas y las máquinas de fabricación, y su uso terminó extendiéndose a todo tipo de documentos, hasta acabar reemplazando definitivamente al pergamino.

En el siglo XIII unos inventores holandeses crearon una máquina que lograba una pasta de mejor calidad y en menos tiempo. A mediados del siglo XV, con la invención de la imprenta los libros se abarataron y su producción aumentó considerablemente, lo cual estimuló la fabricación del papel. El uso del papel aumentó en los siglos siguientes, aunque se seguía fabricando a partir de trapos, lo que provocó una gran escasez de dicho material. Esto propició la invención de otra máquina que convertía pasta de madera en papel hacia el año 1840 (actualmente este proceso se realiza mediante procedimientos químicos). Se fueron creando nuevas y diferentes máquinas con el fin de mejorar y abaratar la producción de papel, así como nuevos materiales.

La industria papelera ha estado desde entonces en constante desarrollo, alcanzando en el siglo XX alcanzó unos niveles muy elevados y perfectos de fabricación. Actualmente Estados Unidos y Canadá son los mayores productores mundiales de papel

 

 

SIGLO XV: La Imprenta

 

La imprenta es un ejército de soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo.

Johann Gutenberg

 

El siglo XV es el siglo de las monarquías autoritarias y de los primeros descubrimientos geográficos. El Humanismo y el Renacimiento han cambiado la sociedad teocéntrica en una sociedad antropocéntrica. La burguesía impulsa la actividad económica, y se produce una revolución científica de la que forma parte la invención de la imprenta. La siguiente forma del libro es por tanto el libro impreso, que consiste en un códice hecho con papel en vez de con papiro o pergamino, e impreso en vez de manuscrito.

 

El libro xilográfico:

Antes de que los libros se imprimieran con letras móviles (letras sueltas), se realizaron libros impresos con otra técnica, la xilografía. Inventada en China en el siglo II a.C., consiste en rebajar en una plancha de madera las partes que van a quedar en blanco (letras, figuras). Una vez grabada la madera, se entinta y se aplica directamente sobre el papel (o sobre trapos), utilizando una prensa plana.

La xilografía no aparece en Europa hasta aproximadamente el año 1430. Los primeros libros impresos con esta técnica se realizan en Alemania. La "Biblia Pauperum" ("Biblia de los pobres") está considerada como el primer libro xilográfico europeo. El libro xilográfico no superaba las 50 páginas y se imprimía por una sola cara, pero las hojas se pegaban entre sí por la cara blanca de manera que parecía impreso por las dos caras del papel. Abundaban las ilustraciones, ya que iba encaminado a gente de poca cultura y sobre todo a la enseñanza. La xilografía también se empleó para realizar naipes, calendarios, hojas sueltas, imágenes religiosas, etc.


Pero se trataba de una técnica lenta y laboriosa, que no podía satisfacer la importante demanda de libros de entonces. A mediados del siglo XV, con la aparición de la imprenta, dejó de existir.

 

La Imprenta:

La invención de la imprenta con tipos móviles no es europea, sino china, ya que en el año 960 ya se usaban en China tipos movibles de madera. Los caracteres móviles de imprenta, y por tanto la composición tipográfica, se adjudican a Pi Sheng, que en 1045 fabricó caracteres de arcilla endurecida al fuego utilizando moldes de metal. Poco después utilizó otros materiales como estaño, madera o bronce. Una vez terminados los tipos, se unían sobre un marco metálico componiendo frases, para proceder después a la impresión. Parece que hacia el año 1400 ya se habían perfeccionado bastante los sistemas chinos de composición e impresión de textos.

Su invención en Occidente se atribuye a Johannes Gensfleich Gutenberg, nacido en Maguncia (Alemania) hacia el año 1400 en una familia de orfebres. Sin embargo, hay quien afirma que a mediados del siglo XV ya se conocían en Europa los tipos móviles chinos, ya que los viajes de comerciantes y religiosos datan de 1247. Tampoco puede afirmarse rotundamente que los tipógrafos europeos no inventasen su propia imprenta, ni que no fuese inventada en varios lugares europeos más o menos al mismo tiempo. Incluso se discute aún si Gutenberg fue el auténtico padre de la tipografía, existen otras teorías: parece que el holandés Laurens Coster fue el primero en utilizar tipos móviles de madera, también se le atribuye al italiano Vastaldi, a Johannes Brito de Bélgica, etc.

Lo que si parece cierto es que en la Europa de entonces (la Europa central a principios del Renacimiento) se estaba buscando una técnica que permitiera fabricar libros a partir de un molde formado por letras sueltas, en lugar de tener que escribirlo a mano o estamparlo en un bloque de madera grabada.

Y lo que si parece fuera de toda duda es que Gutenberg ideó los tipos móviles de plomo (más resistentes que los de madera) y adaptó una prensa de uvas para la impresión de papel (Estrasburgo, 1440), que es la primitiva imprenta. Esos tipos móviles o elementos aislados de metal o plomo contienen los signos a imprimir, pueden combinarse entre sí para formar palabras y frases y ser nuevamente distribuidos para volver a ser usados.

Gutenberg estuvo trabajando en su invento durante años en el más absoluto secreto. Con la excusa de fabricar espejos, se proveía de todos los instrumentos necesarios en la imprenta (prensas, moldes, plomo, etc.). Al parecer, aunque llevaba años dedicado a imprimir (incluso se cree que vendía libros impresos por manuscritos, cobrándolos lógicamente más caros), trataba por todos los medios de que su invención no fuera conocida (hasta el punto de destruir sus propios trabajos).

Se supone que en 1445 imprimió mediante esta técnica "El Juicio Final", del que sólo se conserva un fragmento. En 1450 se asocia con Johann Fust, prestamista y editor alemán, que le financia un taller tipográfico, del que sale el "Misal de Constanza", considerado como el primer libro tipográfico. En 1452 realiza la "Biblia de las 42 líneas" (primera obra completa realizada con esta nueva técnica), también conocida como Biblia Latina, de "Gutenberg" o "Mazarina". Surgen desavenencias y problemas económicos entre Fust y Gutenberg y el primero se asocia con un empleado de Gutenberg, Peter Schöeffer. De este nuevo taller saldrá "El Salterio de Maguncia" (1457), primera obra que lleva colofón con año y lugar de impresión, está ilustrada con letras grabadas, se imprimió a más de un color y lleva marca de impresor. En 1462 imprimen la "Biblia de las 48 líneas". Mientras tanto, Gutenberg rehace su taller y continúa su actividad como impresor. En 1460 Gutenberg abandona la imprenta, probablemente a causa de la ceguera, y muere en Maguncia en 1468.

 

La Biblia de Gutenberg o De 42 líneas.

La Biblia de Gutenberg o De 42 líneas. Impresor: Johannes Gutenberg. Maguncia, 1454. Tamaño: 41.3 x 30.3 cm. Dos volúmenes de 325 hojas (650 páginas) el primero, y 317 (634 páginas) el segundo. Primer libro impreso en el mundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gutenberg vivió en una época de fuertes diferencias entre gremios y patricios que perturbaban la paz de la ciudad. Después de sus estudios en la ciudad de Erfurt abandonó la ciudad de Maguncia, pasando algunos años en Estrasburgo, importante centro comercial de la época, lugar idóneo para desarrollar una actividad y ganar dinero. En 1448 vuelve a Maguncia, e instala un taller de composición e imprenta, que hizo funcionar en el Getenberghof. En Maguncia, según consta, se imprimieron los primeros libros fechados. La impresión comenzó en 1452, y en octubre de 1454, Eneas Silvio Piccolomini, -el posterior papa Pío II-, comunicó al cardenal español Juan de Carvajal que en la Dieta Imperial de Frankfurt se ofrecían partes de una Biblia realizada por un hombre asombroso. Seguramente, se trataba de la Biblia de Gutenberg, ya que se hablaba de 158 y 180 ejemplares, por lo cual sólo podía referirse a libros impresos. Tres años tuvieron que pasar para que esta grandiosa obra estuviese finalizada, demostrando que estaba en condiciones de configurar un libro con la misma perfección que un copista medieval. Para financiar la impresión, Gutenberg tuvo que pedir por dos veces un préstamo de 800 florines al comerciante de Maguncia, Johannes Fust. Esta suma era muy elevada, y como Gutenberg no pudo devolver el dinero a tiempo, su máquina de imprimir cayó en manos del prestamista Fust, quien, junto a su yerno Peter Schöffer, un antiguo colaborador de Gutenberg, instaló una imprenta propia que siguió existiendo a través de los herederos de Schöffer hasta bien entrado el siglo XVI. En sus últimos años Gutenberg vió, no sin tragedia, la caída bélica de Maguncia y unida a ella también los comienzos de la expansión del arte tipográfico por toda Europa. A partir de 1465 recibió una renta del arzobispo Adolfo de Nassau, el vencedor, lo que equivalía a un homenaje público. Falleció el 3 de febrero de 1468 en Maguncia.

La Biblia de Gutenberg se tenía que apartar lo menos posible de la acostumbrada imagen del códice, de tal forma que el comprador no encontrase inusitada la obra. Por ello, el texto puede inscribirse dentro de la tradición de manuscritos que fueron empleados en el área de Maguncia. Para conseguir un ajuste del texto lo más equilibrado posible y con alineación de márgenes, Gutenberg encargó 290 tipos para la Biblia, donde son admirables, sobre todo las complicadas uniones entre los tipos o ligaturas. Ninguna impresión posterior ha superado jamás a ésta en calidad tipográfica. En prácticamente ninguna invención, se encuentra tan gran perfección desde el mismo inicio. Los compradores de una Biblia de Gutenberg no recibían ejemplares idénticos, pues los tomos se embellecían cada vez de diferente modo.

 

Difusión de la imprenta:


El nuevo invento se difundió rápidamente por Alemania, en Nuremberg destaca el impresor Antón Koberger, que disponía de un taller de 24 prensas y 110 empleados. La expansión por el resto de Europa se debió al peregrinaje de impresores de un país a otro, que iban donde eran requeridos para imprimir.

Después de Alemania, la imprenta se estableció en Italia, por dos discípulos de Schöeffer, que además crearon un nuevo tipo de letra, la letra romana, más fácil de leer y de grabar que los tipos góticos. El principal centro tipográfico de Italia fue Venecia, que a partir de 1480 fue la capital del libro. A Francia llegó en el año 1470 por iniciativa de unos profesores de la Soborna, que llamaron a tres impresores alemanes para que instalaran un taller en la universidad. En Inglaterra la establece William Caxton en Wetsminster hacia 1477. En 1480 ya había imprenta en 150 ciudades, de las que 50 eran italianas y 30 alemanas. En América, el primer país que cuenta con imprenta es México, hacia el año 1539.

Aunque no se sabe con exactitud cuando llegó la imprenta a España, se cree que fue hacia la década del 1470. Se introdujo de la mano de impresores ambulantes de Alemania que llegaban desde Italia, como demuestran los tipos humanísticos utilizados por los primeros impresores. El primer libro impreso en España, según la teoría más aceptada, fue el "Sinodal de Aguilafuente", impreso por Juan Párix, y que contiene las actas de un sínodo celebrado en Aguilafuente (Segovia) en 1472. Párix estableció en la ciudad de Segovia la primera imprenta de nuestro país. De todos modos, se cree que existieron talleres coetáneos en Barcelona, Zaragoza y Valencia, la última ciudad a la que llegó la imprenta fue a Granada al poco de su conquista. En el siglo XV había 26 ciudades españolas con imprenta, aunque la producción de libros española comparada con la de otros países europeos era bastante escasa.

 

Los incunables:

Tradicionalmente se considera "incunable" a cualquier libro impreso con tipos móviles realizado entre el año de invención de la imprenta y el año 1500 incluido. En los países donde la imprenta se introdujo más tarde el periodo incunable llega hasta el 1550, e incluso hasta años más posteriores en Hispanoamérica. Algunos investigadores lo alargan hasta el 1530, ya que hasta aproximadamente este año las características de los libros impresos eran muy parecidas a las de los libros manuscritos. En realidad en el año 1500 no sucedió nada especial que distinga a los libros impresos de los manuscritos, este límite lo propuso en 1653 el jesuita francés Philippe Labbé, y a partir del siglo XVIII comenzó a aplicarse de forma general.

Entre los primeros incunables y los últimos manuscritos hay muy pocas diferencias, de hecho, los primeros tipógrafos trataban de imitar en todo al códice medieval, bien porque los códices habían alcanzado un alto grado de perfección o bien porque en realidad pretendían guardar en secreto la invención de la imprenta el mayor tiempo posible para así poder vender los libros impresos al precio de los manuscritos.
El libro impreso es una continuación del códice, al que imita en tamaño, formato, encuadernación, etc., aunque lógicamente varían la técnica de fabricación y el soporte escriptóreo.

El libro impreso se caracteriza por:

- Formato grande.
- Generalmente carecen de portada, en el colofón (al final del volumen) se colocaban los  datos de impresión (impresor, lugar y fecha).
- Ilustraciones: Se dejaban espacios en blanco para iniciales, orlas y epígrafes que luego rellenaban los  ilustradores. Pero también se realizaron ilustraciones mediante la técnica xilográfica. Destaca el "Apocalipsis" ilustrado por Alberto Durero, impreso en Nuremberg en 1498 y considerado como una de las obras mejor ilustradas de la historia del libro.
- Están foliados pero no paginados (es decir, se numeran las hojas pero no las páginas). En los pliegos se ponían asteriscos o letras correlativas para facilitar el trabajo del encuadernador.
- Falta de signos de puntuación.
- Uso exagerado de abreviaturas.
- Falta de división del texto, ya que no solía haber capítulos.
- Se utiliza la letra gótica para los libros religiosos y la letra romana para los clásicos. Con el tiempo la romana acabará imponiéndose.
- Se adopta definitivamente el papel, ya que la imprenta necesitaba un soporte escriptóreo fácil de producir en grandes cantidades.
- Se protegían con tapas de madera revestidas de piel o tejidos valiosos, y adornadas con ornamentos de hierro.

 

Las bibliotecas

La invención de la imprenta lógicamente benefició a las bibliotecas y supuso además el fin definitivo del poder de la cultura por parte de la Iglesia. En Italia las bibliotecas reciben un gran impulso gracias a figuras como la de Petrarca, Boccaccio, Nicolò Nicoli o el papa Nicolás V, que fundó la Biblioteca Vaticana. En 1441 los Médicis fundan la Biblioteca Marciana y en 1524 la Laurenciana, construida por Miguel Ángel. En Francia, Luis XI funda en París la Biblioteca Real en 1480.

 

 

SIGLO XVI

 

El período comprendido por los siglos XVI, XVII y XVIII se caracteriza por los importantes acontecimientos que tuvieron lugar y que también influyeron en la evolución del libro: la Reforma de Lutero, la Contrarreforma iniciada en el Concilio de Trento y la Ilustración, movimiento cultural europeo del siglo XVIII. El libro de este período alcanza un grado de perfección bibliológico muy alto.

Durante la primera mitad del siglo XVI el libro impreso todavía convive con el manuscrito, es una época de continuación del siglo precedente. La imprenta se ve favorecida por un lado por el mecenazgo (de reyes, nobles y personajes eclesiásticos) y por otro, porque los impresores ya no eran meros técnicos de su oficio sino auténticos eruditos influenciados por el espíritu humanístico y renacentista de la época. Se consolidan en talleres fijos, con lo que la producción de libros pasa a ser masiva. Se produce además un considerable aumento de la lectura, favorecido por el aumento de la producción de libros, por el dominio de las lenguas vernáculas frente al latín y además porque los libros ya no se destinan exclusivamente al clero y la nobleza, sino cada vez más a comerciantes, profesionales, etc. En la segunda mitad del siglo XVI el libro manuscrito desaparece definitivamente.

 

El libro impreso va abandonando las características propias de los incunables y adquiriendo otras propias:

-          La decoración y la encuadernación son típicamente renacentistas (motivos heráldicos, leones, águilas, medallones, candelabros, etc.)

-          Uso cada vez más extendido de la portada.

-          Tamaños más pequeños.

-          En la segunda mitad del siglo deja de usarse la letra gótica en beneficio de la romana.

-          La encuadernación sufre importantes cambios. Aldo Manuzio crea la encuadernación moderna, hecha con piel y cartón en lugar de madera.

-          Aunque en la primera mitad del siglo la ilustración sigue siendo xilográfica, en la segunda, pasa a ser calcográfica. Se trata de una nueva técnica de grabado que consiste en hacer surcos (que forman el dibujo a imprimir) en una plancha de metal, que luego se rellenan de tinta y se imprimen sobre el papel.

Manuzio

Familia de impresores italianos, más conocidos por el nombre de Aldo. Aldo el Viejo, denominación de Tebaldo Manuzio (Bassiano, c. 1449-Venecia, 1515), fundó una imprenta en la que publicó más de 40 volúmenes en tres años: la Gramática griega de Lascaris (1494), obras de Aristóteles, de Teócrito, de Hesíodo y de Aristófanes; en 1499 publicó El sueño de Polífilo; en 1500 inventó el carácter inclinado, llamado aldino o itálico; creó también el formato en octavo.

Escribió prefacios para obras de Lucano, de Lucrecio, de Erasmo y de Dante, una Gramática latina (1501) y, en colaboración con Masuro, una Gramática griega (1510). Creó la Academia Aldina o de la Fama.

Paolo (Venecia, 1512-Roma, 1574), tercer hijo del anterior, tomó la dirección de la imprenta en 1533. Publicó obras de Virgilio, de Cicerón y de Petrarca. El papa Pío IV le confió en 1561 la impresión de los padres de la Iglesia, según los manuscritos de la Biblioteca Palatina.

Aldo el Joven (Venecia, 1547-Roma, 1597), hijo del anterior, tomó la dirección de la imprenta en 1565. Fue secretario del senado de Venecia y enseñó en las universidades de Bolonia y de Pisa. Fue director de la imprenta vaticana (1590). Publicó obras de Tasso y una edición de Cicerón en 10 volúmenes en folio (1583).

 

Sigue existiendo un claro predominio del libro religioso, especialmente de las biblias. Destaca la "Biblia políglota complutense" o "de Alcalá", en hebreo, caldeo, griego y latín, patrocinada por el cardenal Cisneros. Tardó 3 años en imprimirse, de 1514 al 1517, aunque no se publicó hasta 1520. Así comienza la época de las grandes biblias políglotas: "Biblia políglota regia" o "de Amberes", en hebreo, latín y griego (1568-1572), "Biblia políglota" de Antoine Vitré (1628-1655), en hebreo, samaritano, griego, siríaco, latín y árabe, o la "Biblia políglota sacra" impresa por Thomas Roycroft en hebreo, latín, griego, arameo, siríaco, samaritano, etiópico, árabe y persa. Entre los libros laicos destacan los dedicados a la enseñanza (gramáticas, diccionarios, etc.) y las obras de autores clásicos.


Se dan una serie de medidas restrictivas y factores negativos que irán produciendo una decadencia en la impresión. Las disputas religiosas entre la Iglesia y Lutero también afectan negativamente al libro, por ejemplo el implante de una licencia obligatoria previa a la impresión. El Concilio de Trento (1545-1563) traerá la Contrarreforma y con ella la Sagrada Congregación del Índice, encargada de recopilar todos los libros prohibidos a los católicos en "El Índice de libros prohibidos. En 1559, Pablo IV promulga el primer Índice, aunque contenía numerosas erratas, llegaba a incluir libros escritos por religiosos. Pero a lo largo de los años fue corregido, reformado y actualizado. También se proclama la Vulgata como único texto válido de la Biblia, se definen los libros considerados censurables (libros heréticos, de magia o los contrarios a las "buenas" costumbres) y se prohíbe la impresión de obras sin autorización del obispo.

La censura se va haciendo cada vez más restrictiva, tanto en los aspectos religiosos como civiles. En 1501 el papa Alejandro VI introduce la censura previa de los escritos, en España los reyes Católicos ordenan en 1502, someter a las autoridades religiosas los libros a imprimir. El Concilio de Letrán (1515) prohíbe imprimir libros sin autorización del obispo. En 1517 se inicia la rebelión de Lutero, y posteriormente se dictan numerosas sentencias que prohíben sus libros.

Se utilizaron otros muchos medios, por ejemplo, limitando el establecimiento de talleres de imprentas, el número de aprendices en ellas, el número de máquinas y las clases de caracteres. Los impresores no podían realizar ningún trabajo sin el permiso y la conformidad de los censores. La censura civil también realizó índices y catálogos con los libros prohibidos por su contenido. Los impresores por su parte, intentaron burlarse de estas censuras con diferentes métodos hasta el siglo XVIII cuando comienza a abolirse la censura civil en los libros.


En Francia e Inglaterra se crea el Depósito Legal, que consiste en el depósito de un número determinado de ejemplares de cada obra editada, en la biblioteca que conserva la propiedad intelectual del país. Se trata de una obligación aún en vigor, que afecta principalmente al impresor. En España se crea en el año 1712, cuando se funda la Librería Real (actual Biblioteca Nacional), a la que había que entregar un ejemplar de cada obra editada.

También se dictan entonces algunas normas para proteger los derechos de autores e impresores. El primer hecho en este sentido parece ser la defensa de un impresor contra las ediciones no autorizadas hechas por otros en 1492 en Venecia. Se crea el privilegio, un permiso en exclusiva concedido por el poder civil a favor de un editor por un tiempo determinado y por obra, de manera que ningún otro podía publicar dicha obra durante el tiempo que durara el privilegio.

En España existía además la licencia, que era la autorización dictada por el Consejo Real en las Cortes de La Coruña, y la aprobación, que consistía en un informe de una persona a la que se le había encargado el examen de una obra, si era negativo, el libro no se publicaba.


La defensa efectiva de los derechos de autor y editor comienza de manera legal con la promulgación de la Copyright Act (Ley de Propiedad Intelectual) en Inglaterra en 1709.

 

Las Bibliotecas

Con el Renacimiento las bibliotecas se ponen al servicio público y se instalan en locales monumentales decorados con obras de arte. El libro empieza a alcanzar el rango de instrumento de utilidad pública y surge el concepto moderno de biblioteca.

Empiezan a fundarse las bibliotecas que después se llamarán nacionales (formadas a partir de las colecciones reales) y que entonces ya funcionaban como tales: Biblioteca de París en 1522 o de Viena en 1526.

Además se crean otras bibliotecas importantes, como la biblioteca del Monasterio de El Escorial en 1565, la Fernandina (biblioteca privada española más importante del siglo XVI, creada por el hijo de Colón en 1536), la Ambrosiana en Florencia o la Vaticana en Roma.

 

 

 

SIGLO XVII

 

Durante este siglo se desarrollan las monarquías absolutas y el Barroco. Nace el mercantilismo (teoría económica basada en la acumulación de metales preciosos). El comercio y los negocios están dominados por la clase burguesa. Es un siglo de crisis económica generalizada, en buena parte propiciada por las numerosas guerras que se producen en Europa. Sin embargo también es un siglo notable para el desarrollo del pensamiento, de la ciencia y la creación literaria. Aparece el método experimental (Galileo, Descartes, Newton, etc.) y se fomentan las Sociedades Científicas. También es el siglo de las literaturas nacionales: en España es el Siglo de Oro con Calderón, Cervantes, etc., en Inglatera destaca Shakespeare y en Francia, Molière y Racine.

Esa crisis también afecta a la industria del libro, aunque en este caso también fue consecuencia de algunos factores procedentes del siglo anterior, como la censura, la concesión de privilegios a ciertos impresores o la aparición de fuertes impuestos sobre los libros. La mercantilización afectó al sector del libro de forma positiva (se editaron repetidamente los libros más demandados) y negativa (descuido de las calidades, imposición de tasas, ediciones pirata, etc.) Las monarquías absolutas no favorecieron especialmente la industria del libro, mas bien destacaron por la imposición de trabas.

Las primeras ediciones de los autores del Siglo de Oro español, como casi todos los libros editados en España en este siglo, se hicieron en papel de mala calidad, con tipos burdos y tintas malas. El arte tipográfico se concentró en Madrid, donde destaca el taller de Juan de la Cuesta, que realiza la primera edición de "El Quijote" de Cervantes en 1605.

Aparecen las publicaciones periódicas. Se trataba de folletos y panfletos de carácter informativo que difundían noticias de los acontecimientos de interés de tipo social, literario y científico. Las publicaciones periódicas llegaron tarde a España y crecieron muy lentamente, ya que no había demanda suficiente.

Las bibliotecas:

Cambia la disposición de las bibliotecas: los libros empiezan a colocarse en estanterías, ya no llevan cadenas, las salas de lectura son amplias y luminosas y contienen instrumentos científicos y objetos arqueológicos.

Por un lado las guerras destruyeron muchas bibliotecas, pero por otro, aparecieron importantes bibliotecas nacionales europeas (la Prusiana, la de Milán, Roma) y universitarias (Oxford, Harvard). Ciertas bibliotecas privadas se convierten en públicas cuando abren sus puertas al público interesado. La primera biblioteca popular como tal se crea en Carolina del Sur (Estados Unidos) en 1701.

 

 

SIGLO XVIII

 

Es el Siglo de las Luces y de la Ilustración, se caracteriza por el triunfo del racionalismo, que sirve de base para la interpretación de todos los fenómenos naturales y los problemas humanos. Supone también el predominio de la cultura secular frente a la religiosa y de los libros en lenguas vernáculas frente a los latinos. Los centros intelectuales pasan a ser las Academias, las sociedades de amigos y las bibliotecas. Se produce un gran desarrollo de las enciclopedias y los diccionarios ya que la sabiduría era considerada la base para la felicidad del hombre, y de las publicaciones periódicas, como agente difusor de las ideas políticas y sociales. La primera publicación de este tipo fue el diario "The Times", nacido en Inglaterra a finales de este siglo.

La industria del libro se caracteriza por el resurgimiento del arte tipográfico: recuperación de la calidad de la imprenta, introducción de grandes mejoras técnicas, preocupación por la calidad del libro y por la difusión de las ideas. Todas estas mejoras se debieron principalmente a:


- Motivos culturales: el movimiento intelectual y cultural de la Ilustración revaloriza el libro como vehículo de acceso a la cultura. Aparecen las Academias científicas.
- Motivos político-sociales: el absolutismo ejerció una gran proteccionismo sobre impresores y libreros, comienza a existir un reconocimiento legal de los derechos de autor y editor, cuyo primer paso fue la promulgación de la Copyright Act (Ley de Propiedad Intelectual) en Inglaterra en 1709, empieza a desaparecer la censura civil y con la Revolución francesa (1789), que proclama la lectura como uno de los derechos del hombre, las bibliotecas pasan a considerarse como un servicio público de uso gratuito.
- Motivos técnicos: se producen importantes avances en la técnica tipográfica. Se perfecciona la fabricación del papel, se mejoran las tintas y se crea una auténtica industria de fundición de tipos. Se inventan la máquina automática de imprimir. En 1796, el austriaco Alois Senefelder inventa una nueva técnica de impresión, la litografía (se trata de un sistema de impresión totalmente distinto al creado por Gutenberg, basado en un fenómeno fisicoquímico, la incompatibilidad del agua y la tinta grasa).

 

El libro del siglo XVIII se caracteriza por:

-          Las ilustraciones: se puede hablar del triunfo del libro ilustrado, se hacen libros casi exclusivamente formados por ilustraciones donde el texto es secundario. Se utiliza principalmente el grabado en cobre.

-          Sobriedad en las portadas, a veces están sólo adornadas con una orla o un grabado.

-          Adornos rococó y más tarde neoclásicos.

-          Formato más pequeño de los libros.

En España, el siglo XVIII supuso la llegada de la dinastía borbónica y con ella un mayor contacto con el extranjero y la consiguiente introducción de las ideas europeas. Disminuye el poder de la Iglesia y el de la Inquisición y aparecen las sociedades de amigos y las Academias (la primera fue la de la Lengua).
Respecto a la producción bibliográfica, los primeros años son una simple continuidad del período anterior, pero con Carlos III se produce una renovación tipográfica y el renacimiento del libro español, el XVIII está considerado como la Edad de Oro de la tipografía española. Carlos III fue el gran benefactor de la imprenta, promulgó diversas medidas que la favorecieron considerablemente (abolió la tasa obligatoria a la que debían venderse los libros, eliminó la concesión de privilegios de impresión, eximió del servicio militar a impresores, fundidores de tipos, etc., concedió ayudas para el perfeccionamiento profesional en el extranjero y aplicó distintas medidas económicas como la rebaja del precio del plomo a los fundidores). También funda la Calcografía Nacional, donde trabajaron los más importantes grabadores españoles, y la Imprenta Real adquiere un carácter totalmente oficial.
Destaca Joaquín Ibarra, considerado como el mejor impresor español de todos los tiempos. Fue impresor de Carlos III, de las Academias Españolas y del Ayuntamiento de Madrid.

Las bibliotecas:

Las bibliotecas se multiplicaron tanto en Europa como en América. En este siglo se crea la British Library (1753), las bibliotecas nacionales de Florencia, Nápoles y Milán, y la Biblioteca Real en España (1711), a instancias de Felipe V. Además, en nuestro país se produjo la expulsión de los jesuitas ordenada por Carlos III, que supuso la incautación de sus edificios y los fondos de sus bibliotecas, muy cuantiosos, que fueron vendidos o llevados a las Universidades.

Se fundan importantes bibliotecas universitarias, como la de Harvard (Estados Unidos, 1701) o la de Columbia (Estados Unidos, 1761) y se produce un importante desarrollo de las bibliotecas públicas. En Edimburgo (Inglaterra) se establece en 1725, la primera biblioteca circulante, que lleva el libro hasta el domicilio del lector.

 

 

SIGLO XIX

 

El siglo XIX comienza con tres grandes revoluciones y sus consecuencias: la Revolución Francesa y Napoleón, la Revolución Americana y la ideología liberal y la Revolución Industrial y los adelantes técnicos. Las dos primeras y la desaparición del Antiguo Régimen supusieron un cambio radical en la sociedad europea de entonces. Por otro lado, la nueva sociedad industrial y la extensión de la enseñanza influyeron notablemente en la comunicación impresa en general y en el libro en concreto.

 

El libro

El libro sufre una gran transformación motivada por diferentes factores:

- Aumento de la riqueza.

- Extensión de la enseñanza a clases más amplias de la población, y por tanto mayor demanda de lectura.

- Desaparición de las trabas de la censura y el privilegio.

 


El libro es ahora un instrumento de difusión de la actualidad y llega a sectores más amplios de la sociedad, ya no es exclusividad de una minoría poderosa sino que se acerca a una masa más amplia de lectores. Aumenta el interés por la información más novedosa y reciente, lo que propició este importante desarrollo de la prensa, especialmente en la segunda mitad del siglo. Los periódicos se fueron abarataron y sus ventas lógicamente aumentando. Poco a poco la prensa fue desplazando al libro en la circulación de la información impresa.

A estos aspectos hay que añadir los avances técnicos que posibilitaron la mecanización de la imprenta (consecuencia de la Revolución Industrial), y que contribuyeron a abaratar su precio. Destacan:

-          Uso de la pasta de papel como materia prima en lugar de trapos.

-          Fabricación de la hoja continua de papel: a finales de siglo el francés Nicolas-Louis Robert crea la máquina continua para la fabricación del papel, que permite multiplicar los formatos del papel y por tanto, los de los libros.

-          Nuevos procedimientos de composición mecánica de textos: la linotipia (invento del relojero alemán Ottmar Mergenthaler, basado en la composición totalmente automatizada de los textos, que permitía componer líneas enteras de texto, lo cual favorecía la rapidez en la impresión) y la monotipia (variedad de impresión llamada así porque de cada lámina se obtiene una sola impresión de muy buena calidad). Estos métodos se utilizan para componer los textos de los libros y periódicos desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, cuando surge la fotocomposición.
- Nuevos tipos de prensas: en 1810 se inventa la prensa de vapor, en 1816 la primera máquina que permite imprimir al mismo tiempo las dos caras del papel, en 1840 la prensa rotativa que permite imprimir 8000 ejemplares por hora y en 1871 ya se imprime con papel continuo.
- Respecto a la ilustración, se utilizan nuevos métodos como el de la litografía o la estenotipia, y a finales del siglo XIX se introducen las fotografías en color para las ediciones más comerciales mediante el fotograbado. La litografía, inventada a finales del siglo XVIII, tuvo gran influencia en la producción del libro durante los siglos XIX y XX. Este invento dará lugar a la aparición del sistema de impresión más utilizado en la actualidad, el offset.

-          En cuanto a la encuadernación, los libros se encuadernan de forma moderna mediante procedimientos mecánicos, las encuadernaciones artesanales se reservan para obras de lujo. También se produjeron importantes cambios en la comercialización del libro. La función del editor se independiza de la del impresor y el librero, y su figura comienza a destacar sobre la del impresor. Se fundan importantes editoriales para hacer frente a la demanda bibliográfica. El negocio editorial inventa nuevas vías de desarrollo (mediante carteles publicitarios, anuncios en los periódicos, suscripciones para obras en muchos volúmenes, aparición de las entregas o folletines, etc).

 

La propiedad intelectual:


Después de la Copyright Act inglesa (1709) y de la Ley de Propiedad Intelectual francesa (1798), que protegía los derechos de autor hasta dos años después de la muerte de este, aparecieron nuevos intentos para proteger los derechos de autores y editores. En 1839 se promulga una Ley de Propiedad Intelectual que protege la obra de un autor hasta 30 años después de su muerte y en 1886 la Convención de Berna establece el principio de reciprocidad internacional de los derechos de autor.


La prensa periódica:


Experimentó un notable incremento en la segunda mitad de siglo, abundaban los periódicos de corte político, como "El Imparcial" o "El Heraldo de Madrid", y las revistas (publicaciones periódicas de periodicidad variable que incluían información de carácter general o científico sobre un área del conocimiento), por ejemplo "La Ilustración española y americana" y "Blanco y Negro".

 

España:

Aunque también se produjeron todos estos cambios y avances, la producción seguía siendo más baja que en otros países europeos. En la industria editorial española destacan, entre otros, nombres como los de Rivadeneyra, Montaner y Simón, José Espasa, Manuela Salvat, Saturnino Calleja o Sempere.

 

Las bibliotecas:

El fenómeno más importante es el desarrollo, a mediados de siglo, de las bibliotecas públicas en los países anglosajones. Su objetivo era proporcionar libros para la formación profesional de los nuevos lectores de la clase proletaria, así como para el entretenimiento de las clases sociales que en los siglos anteriores no habían tenido acceso a la cultura.

El desarrollo de las bibliotecas públicas comienza a mitad de siglo con la aparición de leyes por las que el estado podía recaudar fondos destinados a estas bibliotecas. En Estados Unidos este desarrollo se debió sobre todo a la labor de los mecenas, que consideraban a la biblioteca como el mejor regalo para una comunidad de personas.

También fue importante el desarrollo de las bibliotecas nacionales, que recibieron los fondos de bibliotecas aristocráticas y de órdenes religiosas suprimidas por circunstancias políticas. En 1802 se crea la Biblioteca del Congreso en Washington. Además la British Library sufre importantes reformas que la convierten en una de las primeras del mundo. En España, diferentes hechos propician la creación y mejora de las bibliotecas públicas (la Desamortización de Mendizábal en 1835, el Plan de Educación del Duque de Rivas en 1836, en 1869 el ministro Ruiz Zorrilla idea una red de bibliotecas de enseñanza primaria en todos los pueblos, etc).

 

 

SIGLO XX

 

El siglo XX se caracteriza fundamentalmente por los avances de la técnica y las comunicaciones. Los inventos del siglo anterior se perfeccionan y la técnica industrial se consagra definitivamente frente a la artesanal. La industria cultural se nutre además de otros avances técnicos que conviven e incluso compiten con el libro impreso: la radio, la televisión, el cine, el disco sonoro, la cinta magnética, el videocasette, la informática y finalmente Internet.

 

Avances técnicos:

Desde el punto de vista técnico, el siglo XX supone el triunfo total de la técnica. Los avances técnicos afectan a todos los aspectos físicos del libro (impresión, ilustración y encuadernación). El proceso de fabricación del libro se mecaniza, y esto supone un aumento considerable del número de ejemplares y lógicamente su abaratamiento.


La impresión se realiza por medio de la composición mecánica y las prensas rápidas. La linotipia y la monotipia del siglo anterior se sustituyen por la fotocomposición, que utiliza métodos fotográficos para la composición de los textos. La fotoquímica permite nuevos sistemas de producción como el huecograbado (procedimiento que graba en una plancha de cobre los textos e ilustraciones), el offset (la composición se transfiere a una plancha de cinc y de ahí a una goma), la autotipia (imprime ilustraciones en 3 ó 4 colores) y la fototipia (se imprime en una plancha de vidrio).

 
Aparecen nuevos soportes, como la cinta magnética, el videocasette o los discos ópticos, y nuevos sistemas de reproducción, como la fotocopiadora o la microfotografía.

Pero lo más novedoso ha sido, a finales de siglo, la aplicación de la informática al mundo del libro, que ha tenido varias aplicaciones:

-          Programas informáticos como los procesadores de texto y de autoedición (programas de maquetación, de tratamiento de imágenes, de diseño ...)

-          Bases de datos bibliográficas.

-          Utilización combinada de la informática y las telecomunicaciones (telemática).

Comienzan a automatizarse los procesos, la gestión y los productos bibliotecarios (los catálogos de las bibliotecas) y se crean redes telemáticas de cooperación bibliotecaria. La impresión pasa a realizarse mediante la técnica del computer to plate, que permite que las páginas pasen directamente del ordenador a la plancha, o mediante la impresión digital, que permite que la información del ordenador pase a un soporte directamente, sin necesidad de formas impresas intermedias. Surgen unos nuevos soportes de información, los soportes digitales.

 

La industria editorial:

Desde le punto de vista social, lo más importante es que el libro se ha hecho accesible a millones de personas, debido principalmente al aumento de la población, a la extensión de la enseñanza y de la riqueza, y a los nuevos avances técnicos.

En la industria editorial también se producen novedades:

-          La producción del libro aumenta de manera muy importante, la industria editorial pasa a concentrarse en grandes empresas, las cuales suelen estar relacionadas con otros medios de comunicación, como la prensa, la radio o la televisión

-          Surge una nueva figura dentro de los profesionales del libro: la del diseñador de libro o maquetista.

-          En cuanto a la comercialización del libro, cada país presenta unas características propias, por ejemplo Inglaterra se caracteriza por la venta de restos de ediciones, mientras que en EEUU predominan los bestsellers.

-          Surgen nuevos métodos de comercialización:
. El libro de bolsillo. El inglés Allen Lane, con su colección Penguin Books en 1935, está considerado el padre del libro de bolsillo. Se trata de un libro de pequeño formato, barato, encuadernado en rústica, que suele contener obras clásicas y modernas ya consagradas. El éxito de este formato se debe no solo a su tamaño, sino también a su precio y contenido.
. Clubes del libro. Los primeros clubes surgieron en Estados Unidos en los años 20 con el fin es orientar al lector sobre los libros que debe leer. El editor se ponía directamente en contacto con el lector eliminando así otros posibles intermediarios.
. La venta por correo. El editor o el librero, a través de anuncios y catálogos por correo, ponen a disposición del público sus libros.
. Venta a plazos. Suelen ser colecciones de carácter enciclopédico y se venden por fascículos o entregas.
. Comercialización masiva del libro. El libro se ha convertido en un objeto de consumo que ha pasado a venderse fuera de las librerías (en quioscos, supermercados, estaciones de tren, etc) o incluso a regalarse con el periódico.

 

Las bibliotecas y los bibliotecarios:

Sus principales características son:


- Consolidación en todo el mundo del carácter social de las bibliotecas públicas, ahora son consideradas un servicio público más.

-          Mayor implicación de los poderes públicos en el desarrollo de las colecciones (especialmente en las bibliotecas nacionales) y en la creación de redes y sistemas bibliotecarios.

-          Función activa de las bibliotecas para la difusión de la cultura.

-          Desarrollo de asociaciones profesionales nacionales e internacionales. Entre sus logros están la profesionalización del bibliotecario y la aplicación de técnicas de cooperación bibliotecaria. Se desarrollan técnicas propias y específicas para el trabajo bibliotecario, se elaboran códigos propios de comunicación entre estos profesionales y se crean estudios superiores en la materia. Todo esto convierte la tarea bibliotecaria en una ciencia: la Biblioteconomía.
 

 

 

SIGLO XXI

 

El libro digital:

El siglo XXI se caracteriza principalmente por la creación de un nuevo tipo de libro (el libro digital o electrónico), y la consiguiente duda sobre el futuro del libro impreso.

Se trata de un material digital de lectura, de un texto informatizado que puede ser leído y/o oído a través de un equipo informático. La información puede estar en un disco compacto o en Internet, y para poder visualizarlo se necesita un aparato, como un ordenador, un televisor o una agenda electrónica, la cual ya puede adoptar incluso una forma parecida a la del libro tradicional (existen por ejemplo, agendas con cubiertas de cuero). En la pantalla van apareciendo las páginas de los libros, que se pueden almacenar o imprimir. Los libros electrónicos permiten manejar y modificar los documentos registrados, realizar búsquedas, resaltar textos, etc.


Actualmente el libro electrónico goza ya de gran prestigio, especialmente en aquellos medios en los que puede resultar de más utilidad, como el campo de la edición educativa (permite la interacción con los estudiantes), el de las enciclopedias y demás obras de consulta (destaca por ejemplo, la Enciclopedia Encarta, la obra multimedia de mayor éxito en su género) y el de la digitalización de manuscritos y obras de gran valor histórico o artístico.

La gran pregunta que plantea el libro electrónico es sin duda la de si acabará sustituyendo definitivamente al libro tradicional, al libro en soporte papel.

Como todo nuevo avance, tiene detractores y seguidores:
Los primeros se basan en la principal desventaja que tiene el e-book: el usuario necesita una pantalla para poder visualizar su contenido, lo que lo hace poco manejable. Además la impresión, la tinta y el papel son más fáciles de leer y manejar. Por otro lado, el libro en papel está plenamente consolidado en nuestra vida y no será fácil relevarlo a un segundo plano.
Para sus seguidores, el libro digital presenta grandes ventajas, como su capacidad de almacenamiento, sus posibilidades hipertextuales o su inalterabilidad. Hay que añadir además la existencia de Internet, un pozo sin fondo donde se pone a disposición de cualquier usuario todo tipo de información, de cualquier calidad, cantidad y contenido.
También hay expertos que lo consideran simplemente un paso más en la evolución del libro, convencidos de que ambos tipos pueden convivir perfectamente complementándose. El formato digital puede cubrir las necesidades que el papel deja al descubierto, como por ejemplo la rapidez (permite obtener el libro cuando lo necesitemos), el coste (el libro electrónico es más barato) o el ahorro de espacio (podemos tener una gran biblioteca dentro de un CD). Son partidarios de que los soportes electrónicos se especialicen en aquellos contenidos más adecuados para este formato (por ejemplo para las obras de consulta) y reservar el papel para los que no resulten asequibles en formato electrónico

En la actualidad se está trabajando intensamente para conseguir hardware y software asequible, seguro y fácil de utilizar tanto para los empresarios como para los consumidores. El e-book está ya muy implantado en algunos países, como Estados Unidos, donde está siendo utilizado por muchos profesionales.

Sin embargo, una cosa parece segura: la aceptación de los libros electrónicos no significará el fin de los libros en papel, de momento los píxeles y la celulosa seguirán conviviendo en el mundo editorial.

 

 

 

 

 

     

    Actualizado el 25/11/2009          Eres el visitante número                ¡En serio! Eres el número         

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