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ARCHIVO SECRETO VATICANO

 

 

Web oficial del Archivo Secreto Vaticano

Visita virtual

 

 

Vista de la segunda sala del «piso noble»  con el busto marmóreo de padre Agustín Theiner, prefecto del Archivo Secreto Vaticano desde 1855 hasta 1870.  Sobre la puerta, el escudo del cardenal Scipione Borghese Caffarelli, bibliotecario de 1609 a 1618

 

El Archivo Secreto Vaticano (en italiano Archivio Segreto Vaticano; en latín Archivum Secretum Apostolicum Vaticanum) es el archivo de la documentación de la Santa Sede. En estricto rigor, es el archivo privado del Romano Pontífice y está situado en la Ciudad del Vaticano...

Es uno de los centros de investigación histórica más importantes del mundo. Posee unos 150.000 documentos, más de 630 fondos de archivos distintos, una extensión de unos 85 km lineales de estanterías, que llegan a cubrir unos ochocientos años de historia.

Actualmente el acceso al archivo está permitido a investigadores e historiadores, previa acreditación y visto bueno del Vaticano, sin embargo, está restringido sólo a una pequeña parte del fondo documental. Una parte de estos archivos públicos, algunos muy significativos, están disponibles desde Internet.

 

Denominación

 

El término secretum (secreto), se aplicaba desde el siglo XV, en el ámbito de las cortes a las personas o instituciones cercanas al príncipe —en el caso de la Santa Sede, al Papa— y a su familia. Por tanto, se refería a las personas que más estaban en contacto directo e inmediato con el príncipe, y a ciertas instituciones u oficinas de su corte. Estrechamente vinculado a lo anterior, la persona de confianza del príncipe, con la que se trataban los asuntos más delicados y de la que a menudo dependía la elaboración de los documentos o registros, se denominaba secretarium (secretario).

 

Tras la creación, en 1610 del Archivo en el Vaticano, como consecuencia de la orden del Papa Pablo V de trasladar a los Palacios Vaticanos todos los volúmenes y documentos que hasta entonces se conservaban en otros edificios, comenzó a hablarse de Archivum Secretum Vaticanum (Archivo Secreto Vaticano). La denominación quería expresar que este era el archivo "personal", "exclusivo" o "privado" del Pontífice .

 

Historia

El moderno archivo de la Santa Sede nace por iniciativa de Pablo V Borghese aproximadamente en 1610, aunque las raíces de su historia se remontan a tiempos mucho más lejanos y están relacionadas con el origen, naturaleza, actividad y desarrollo de la Iglesia romana.  Desde los tiempos de los Apóstoles, los papas conservaban cuidadosamente los escritos relativos al ejercicio de su actividad.  El conjunto de los mismos se conservaba en el scrinium Sanctae Romanae Ecclesiae, que normalmente siguió a los papas hasta sus distintas residencias; sin embargo, la fragilidad del papiro, utilizado habitualmente en la cancillería pontificia hasta el siglo XI, los traslados y los cambios políticos provocaron la pérdida de casi todo el material archivístico anterior a Inocencio III.

   Con el papel central que asumió el romano pontífice y su curia desde el siglo XI en adelante, así como con la multiplicación de sus oficinas, aumentó también el número de archivos y en el siglo XV los documentos más valiosos se colocaron en Castel Sant’Angelo.  Tras varios proyectos para crear un archivo central de la Iglesia, Pablo V ordenó trasladar a las tres salas adyacentes a la Biblioteca Secreta (las llamadas Sale Paoline) registros de bulas y breves, libros de la Cámara, así como colecciones de documentos redactados hasta el pontificado de Pío V incluido.  De este modo nació un nuevo archivo «pro privata Romanorum pontificum commoditate» y «ad publicam studiorum utilitatem» compuesto por un total de poco más de tres mil unidades y cuya parte más importante eran los registros de bulas desde Inocencio III en adelante (Registra Vaticana). Este conjunto de documentos recibió el nombre de Archivo Secreto Vaticano.

Desde finales del siglo XV los pontífices dispusieron que se conservaran los documentos más delicados para la tutela de los derechos e intereses de la Santa Sede en Castel Sant’Angelo, que Sixto IV constituyó en archivo.  Tras haber sido ordenados, inicialmente siguiendo criterios geográficos y por materias, bajo Clemente VIII se realizó una distribución en dos series de Armaria:  12 Armaria superiora, indicados con las letras de la A a la M y que contienen, entre otras cosas, la correspondencia diplomática de la Santa Sede, y 18 Armaria inferiora.  En estas series de armarios los documentos se conservaban en más de 200 capsae o capsulae de madera.  En 1798 el archivo de Castel Sant’Angelo se transfirió, por motivos de seguridad, al Archivo Secreto Vaticano y actualmente constituye uno de los fondos más valiosos.  La antigua distribución en armarios actualmente se aprecia en la doble repartición del fondo:  con la signatura A.A., Arm.B, C, D, E, F (seguida de números árabes) se indican los documentos que en el pasado se conservaban en los Armaria superiora (los cuales con el paso del tiempo han sufrido varias pérdidas y desplazamientos); con la signatura A. A., Arm.I-XVIII (seguida de números árabes) se indica la documentación que anteriormente estaba recopilada en los Armaria inferiora (los cuales también han sufrido depauperaciones considerables).  La consistencia actual del fondo del Archivum Arcis asciende a más de 8.000 unidades, entre carpetas, pergaminos y volúmenes, que abarcan un vastísimo arco cronológico que abarca desde el siglo X hasta el siglo XIX, sin contar algunas copias de documentos de los siglos IV y IX.

ASV, Torre de los Vientos, entresuelo, primera sala, pared este.  
Fresco de Matteo Brill (1580-1582) con una vista de Roma desde el Gianicolo:
en primer plano el hospital S. Spirito con el cementerio sobre la ribera del Tíber
(posteriormente trasladado al Gianicolo por Benedicto XIV a mediados del siglo XVIII);
asimismo se reproducen escenas de caza (los cazadores de la izquierda utilizan una «lechuza mecánica» y jaulas); más al fondo, Castel S. Angelo, sobre el cual ondea una bandera pontificia  con el escudo de Gregorio XIII Boncompagni sobre un campo rojo, y el puente S. Angelo (ya puente Elio)

   

A lo largo del siglo XVII el Archivo conoció considerables ampliaciones, sobre todo en tiempos de Urbano VIII Barberini (bulas de Sixto IV y Pío V; los papeles de la Secretaría de Breves desde Alejandro VI hasta Pío V, la vasta documentación contenida en los Armaria XXXIX-XLV, libros de la Cámara Apostólica procedentes de Aviñón, donde habían permanecido desde el final del cisma, los papeles del Concilio de Trento); así como en tiempos de Alejandro VII, que destinó un piso de los Palacios Vaticanos a la correspondencia diplomática de la Secretaría de Estado.

   

Segundo piso superior del Archivo Secreto Vaticano
donde se conserva, en armarios del siglo XVII,
la correspondencia diplomática de la Santa Sede
constituida por el antiguo archivo de la Secretaría de Estado
y por la documentación de varias legaciones pontificias

 

En la primera mitad del siglo XVIII, durante las prefecturas de Pietro Donnino De Pretis y Filippo Ronconi, los papeles conservados en el archivo fueron ordenados por primera vez de tal manera que en el caso de muchos fondos sigue siendo válida hasta hoy.  Entre 1751 y 1772 la figura de Giuseppe Garampi domina la historia del Archivo, quien, entre otras cosas, es el principal artífice del famoso Fichero que lleva su nombre. Éste realizó o solicitó numerosas adquisiciones, depósitos y transferencias de material archivístico (fondos Albani, Carpegna, Pío, así como 1.300 libros de cámara).

   En 1783 se transportó al Vaticano todo lo que había quedado en Aviñón, como por ejemplo la serie de registros de bulas conocidos como Registra Avenionensia; en 1798 se trasportó también el archivo de Castel Sant’Angelo (Garampi ya había aunado ambos cargos de archivista del Archivo Secreto Vaticano y de Castel Sant’Angelo), el cual entre otras cosas contenía 81 documentos con sellos de oro (tipo lámina de oro, oro macizo, estuches dorados y plateados) entre los que destaca por su valiosa antigüedad un diploma de Federico Barbarroja del año 1164. 

     En 1810 los archivos de la Santa Sede fueron trasladados por orden de Napoleón a París, ciudad de la que volvieron con numerosas pérdidas entre 1815 y 1817

 

Salida de Roma de un convoy de obras de arte y material documentario
del Archivo Secreto Vaticano rumbo a París (grabado anónimo)

Tras la toma de Roma por parte de las tropas italianas en 1870, los conjuntos de documentos conservados en edificios ubicados fuera de las murallas vaticanas fueron expropiados por el recién nacido Estado italiano y constituyeron el núcleo central del archivo de Estado de Roma.

En 1881, gracias a la generosa iniciativa de León XIII, el Archivo Secreto Vaticano se abrió para que los estudiosos lo pudieran consultar libremente y convertirse así en uno de los centros de investigaciones históricas más importantes del mundo.

   En 1892 se trasladó del Palacio Lateranense al Archivo Vaticano gran parte del archivo de la Dataría Apostólica con los registros de bulas de la Cancillería desde 1389 (Registra Lateranensia, el antiguo Archivum Bullarum) y los registros de súplicas desde 1417. En el siglo XX, además de la parte moderna del archivo de la Secretaría de Estado, llegaron los archivos de la Secretaría de Breves, del Tribunal de la Rota Romana, de distintas congregaciones (Consistorial, de los Obispos y Clérigos Regulares, de los Sacramentos, de los Ritos, del Concilio, etc.), del Palacio Apostólico, del Concilio Vaticano I, de varias Nunciaturas (sobre todo a partir de 1971) y de algunas familias patricias romanas ligadas a la historia de la Santa Sede (Borghese, Boncompagni, Rospigliosi, Ruspoli, Marescotti, Montoro, etc.).

   En el año 2000 se depositó todo el archivo del Concilio Vaticano II, que Pablo VI abrió a los estudiosos derogando el límite establecido para la consulta de los documentos de los archivos de la Santa Sede (enero de 1922, muerte de Benedicto XV).

 

Bula «Humanae salutis» de Juan XXIII  para la convocación del Concilio Ecuménico Vaticano II (25  diciembre de 1961) ASV, Instr. Misc. 7934, ff. 1v-2r

 

 

El Archivo Hoy

 

Por voluntad del Sumo Pontífice Juan Pablo II, a partir del 16 de febrero de 2003 quedan a disposición de los investigadores los documentos conservados en los archivos de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado (ya Congregación para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios), así como los conservados en los archivos de la Nunciatura Apostólica de Mónaco de Baviera y Berlín relativos a las relaciones entre la Santa Sede y Alemania durante el periodo 1922-1939; asimismo se abrió para su consulta la documentación del pontificado de Pío XI (hasta febrero de 1939) en el año 2006.

Hoy, toda la documentación conservada en el Archivo Secreto Vaticano asciende a ochenta y cinco kilómetros lineares de estanterías con más de seiscientos treinta fondos distintos (entendiéndose por fondo un conjunto documental con carácter unitario) y está en continuo aumento (cada año las distintas representaciones pontificias en el mundo, la Secretaría de Estado y las Congregaciones depositan cientos de unidades en el Archivo) y cubre un arco de tiempo continuo de más de 800 años de historia (desde el 1198 en adelante, con documentos esporádicos de los siglos X y XI).  El documento más antiguo conservado en el Archivo Vaticano es el famoso Liber Diurnus Romanorum Pontificum, antiguo libro de fórmulas de la cancillería pontificia del siglo VIII.

Esto es el Archivo Secreto Vaticano aproximadamente en cifras.  Se trata de un archivo que va más allá de los confines geográficos de lo que fue el dominio temporal de la Iglesia, principal institución productora y destinataria en el pasado de los papeles que se conservan, extendiéndose no sólo al Orbis christianus, sino también más allá (el Archivo conserva, por ejemplo, los documentos más antiguos escritos en mongol que datan de la segunda mitad del siglo XIII).

         Los depósitos y lugares del Archivo han sido ampliados considerablemente a lo largo de los siglos.

Uno de los pasillos de los nuevos espacios del Archivo Secreto Vaticano encargado  por el papa Montini e inaugurado el 18 de octubre de 1980 por el pontífice Juan Pablo II

 

El Archivo Secreto Vaticano dispone actualmente de dos salas de estudio que acogen a aproximadamente 1.500 estudiosos de más de 60 países cada año, una sala de índices, una biblioteca interna, un taller de conservación, restauración y encuadernación, un taller para la restauración y el estudio de sellos, un laboratorio fotográfico y de reproducción digital, un centro de elaboración de datos y un laboratorio informático, un servicio administrativo (secretarías y economato). El personal científico (oficiales) y auxiliar sigue una carrera interna establecida y está sujeto a las normas de un Estatuto específico y de un Reglamento del Archivo aprobados por el Pontífice.

Sala León XIII

El Archivo Vaticano tiene anexa la Escuela Vaticana de paleografía, diplomática y archivística, instituida por León XIII en 1884.

 

La Torre de los Vientos

Torre de los vientos. Sala della Meridiana.
Vista angular de las paredes sur y oeste.  
A la izquierda (parte sur): «La tempesta sedata»;
en el centro: «L'Angelo che segna la fronte degli eletti»;
a la derecha (pared oeste):  «Il naufragio de S. Paolo a Malta»
(frescos de Nicolò Circignani, conocido como el Pomarancio)

Construida entre 1578 y 1580 por el boloñés Ottaviano Mascherino, arquitecto de palacio, el edificio debía tener la utilidad principal de favorecer los estudios astronómicos para la reforma del calendario.  Constituida por dos pisos y un entresuelo intermedio, la Torre de los Vientos fue enriquecida con numerosos frescos, entre 1580 y 1582, que en su mayoría representaban escenas bíblicas, paisajes de la Roma del momento o escenas meramente fantásticas realizadas por los hermanos Paul y Matthijs Bril.  En el primer piso se encuentra la famosa Sala della Meridiana, inicialmente constituida por un pórtico abierto dedicado a las observaciones astronómicas; en 1627 Urbano VIII mandó cerrar las dos arcadas del pórtico y éstas fueron adornadas para la ocasión con grotesquerías obra de Simone Lagi y otros; Alejandro VII la transformó en la primera residencia de la reina Cristina de Suecia, que se acababa de convertir al Catolicismo.  La Sala toma su nombre del meridiano realizado, junto con el anemoscopio, por Ignazio Dante, cosmógrafo pontificio y miembro de la Comisión para la reforma del calendario, con ocasión de su llegada a Roma en 1580. El meridiano está constituido por una línea recta de mármol blanco trazada a lo largo del suelo y paralela a la dirección Norte-Sur cuya finalidad era medir la altura del sol a medio día en las distintas estaciones meteorológicas.  El rayo solar se filtra a través de un agujero realizado en la pared sur que proyecta un disco luminoso sobre el meridiano.  Las observaciones realizadas con este instrumento confirmaron la oportunidad de las correcciones aportadas al calendario juliano de la reforma gregoriana.  El anemoscopio, fijado en el techo de la Sala della Meridiana, fue construido por Danti recurriendo a un complejo dispositivo que permitía medir la dirección de los vientos y su identificación; Sin embargo, el mecanismo dejó de funcionar casi inmediatamente.  Los frescos de la pared oeste (Naufragio di S. Paolo a Malta) y sur (La tempesta sedata y L’indemoniato geraseno) son obra de Nicolò Circignani, llamado Pomarancio, autor también del fresco intermedio (L'Angelo che segna la fronte degli eletti); la bóveda contiene los frescos de las Allegorie delle Stagioni de Matteino de Siena o del mismo Pomarancio.  En 1891 León XIII instituyó el Observatorio Vaticano (Specola Vaticana) y le asignó como sede la Torre de los Vientos, cuyo tejado fue sustituido por una terraza llana para poder efectuar observaciones astronómicas.

Torre de los Vientos. Sala della Meridiana. Bóveda con la rosa de los vientos
y el anemómetro de Ignacio Dante (1536-1586)

 

 

El Archivo Garampi

Giuseppe Garampi (1725-1792), durante su vida y sobre todo durante su prefectura en el Archivo Secreto Vaticano, concibió el proyecto de escribir «la historia de todos los obispados e iglesias del mundo», así como un trabajo inherente a «una determinada obra histórica suya sobre todas las oficinas y cargos de la Sede Apostólica». Por tanto, fue él el ideador, el arquitecto y el principal ejecutor de la realización de un enorme fichero con la intención de constituir la base documental para su gigantesca obra cuyo título sería «Orbis christianus illustratus». Garampi contó con la ayuda de una serie de colaboradores que él mismo pagó, entre los cuales se encontraban Giovan Battista Pistolesi, que ficharon una parte considerable de los documentos que se encontraban en el Archivo desde el siglo XIII hasta la primera mitad del siglo XVIII, así como parte de los documentos que en aquella época se conservaban en otros archivos vaticanos.  En 1772 Garampi, nombrado nuncio en Polonia, deja el Archivo Vaticano y el material preparatorio para el Orbis christianus con la esperanza de que su trabajo lo continúen sus sucesores.  Para Garampi el Schedario constituía un trabajo de archivo con una finalidad de mayor envergadura científica y una perspectiva historiográfica.  Gaetano Marini intentó continuar con la obra, pero pronto la interrumpió.  El fruto del trabajo de Garampi y de sus colaboradores estaba distribuido de la siguiente manera: 25 protocolos (los distintos índices cronológicos y alfabéticos en 4°), 4.000 «cartularios» que contenían los miles de fichas y, por último, 12 cajas que contenían el «código diplomático» (apéndice de la obra definitiva en 22 volúmenes).

   Sólo después de 1881, cuando León XIII abrió el Archivo Secreto Vaticano para que los estudiosos de todo el mundo lo pudieran consultar, la dirección del Archivo decidió reutilizar los «cartularios» de Garampi desmembrándolos para formar el fichero actual.  El prefecto Joseph Hergenröther confió la organización definitiva de las fichas a Pietro Wenzel y a Gaetano Palmieri.  Las fichas fueron pegadas sobre grandes folios que después se reunieron y encuadernaron creando los actuales grandes volúmenes; el trabajó se prolongó durante más de veinte años hasta la muerte de Wenzel en 1909.

   Hoy, el Schedario Garampi está formado por 125 volúmenes de grandes dimensiones, reagrupados en diez clases con título y orden propio, con un total de más de ochocientas mil fichas, como se indica en la siguiente tabla.

 

Volúmenes

Título

Índices

N° de fichas

1-30

Benefici

 445-474

 73.000 ca.

31-67

Vescovi

 475-511

 325.000 ca.

68-91

Miscellanea I

 512-534a

 238.000 ca.

92-94

Abati

 535-537

 18.000 ca.

95-106

Cronologico

 538-549

 54.000 ca.

107

Papi

 550

 8.500 ca.

108

Cardinali

 551

 7.200 ca.

109-111

Offici

 552-554

 24.200 ca.

112-113

Chiese di Roma

 555-556

 18.000 ca.

114-125

Miscellanea II

 670-681

 46.000 ca.

   

Sus referencias constituyen la herramienta de búsqueda que más utilizan quienes se ocupan de la historia de la baja edad media y de la edad moderna.

Ejemplo de fichas contenidas en el Schedario Garampi

 

Los Registros Vaticanos

Registro de Inocencio III relativo a los años 1198-1200
ASV, Reg. Vat. 5, f. 84v (detalle)

Llegado el momento de constituir el Archivo Secreto Vaticano con Pablo V (1611), los Registros Vaticanos conforman la más antigua y célebre colección de registros pontificios, que toma el nombre de su lugar secular de conservación.  Estos registros se colocaron inicialmente en el «Piano Nobile», en armarios de madera numerados de I a XXVIII; seguidamente, a principios del siglo XVIII, se procedió a una reordenación de la serie en la que se les asignó su actual numeración progresiva.  Formada por 2.042 unidades numeradas de 1 a 2.020 (con veintiún números dobles), la serie de los Registros Vaticanos es totalmente heterogénea en cuanto a las dimensiones, al soporte de escritura y a la naturaleza de los registros, procedentes de las siguientes oficinas de la Curia Papal: Cancillería Apostólica, Cámara Apostólica, Secretarios Particulares, Secretaría Apostólica. Aunque la función específica de los Registri Vaticani consistía en recopilar los registros de los documentos pontificios emanados a través de dichas oficinas, es bien sabido que no todas las bulas y cartas se trascribían a los registros, sino sólo algunas de ellas que se seleccionaban en base a criterios que todavía no podemos establecer dada la situación actual de las investigaciones.  El periodo cronológico que cubre la serie de los Registri Vaticani es muy amplio: 872-882 (Reg. Vat. 1); 1075-1085 (Reg. Vat. 2-3); 1198-1572 (Reg. Vat. 4-2017); 1585-1595 (Reg. Vat. 2018-2019).

 

Registro de Inocencio III
relativo a los años 1198-1200
ASV, Reg. Vat. 5, f. 72r (detalle)

 

 

En tiempos recientes, el Archivo Secreto Vaticano ha comenzado a transferir a CD-Rom los Registri Vaticani (imagen fotográfica del texto) con la finalidad principal de proteger los valiosos originales y al mismo tiempo ofrecer a los estudiosos una herramienta de consulta fácil de usar.

 

Registro de Honorio III relativo a los años 1222-1224
Ai ff. 155r-156v se encuentra la carta de Honorio III a Francisco de Asís
con la que el pontífice confirma la Regla de los Frailes Menores,
ya aprobada de palabra por Inocencio III. [En las sexta línea se lee:
"fratri Francisco et aliis fratribus de ordine fratrum minorum"]
ASV, Reg. Vat. 12, f. 155r

 

 

 

     

    Actualizado el 25/11/2009          Eres el visitante número                ¡En serio! Eres el número         

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